Las obras de Makoto Shinkai suelen ser esperadas o, por lo menos, merecedoras de aprecio. El director japonés ha logrado coronarse como uno de los reyes del anime y Suzume le permite conservar ese título.

Con una estética embriagadora, el cineasta nos sumerge en un país derruido por un terremoto. Allí coloca a los protagonistas y construye una historia que no solo habla de ecología y desastres naturales, sino que aborda el miedo y el duelo por la pérdida (tanto personal como colectiva). De una manera que podría recordar a la mágica Your name, la trama explora las relaciones humanas y la comunicación entre las personas.

Con imágenes poderosas, a las que ya nos tiene acostumbrados, Shinkai distribuye a una serie de personajes que ayudan a lo largo de un trayecto tanto físico como emocional. En ese recorrido, se resalta la necesidad de entender el pasado para afrontar el futuro. Y aunque quizá la protagonista pueda resultar algo afectada en su expresividad, en su conjunto, la película es un maravilloso viaje para cerrar puertas (tanto portales a otras dimensiones como heridas interiores).

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