Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Revista Contraste:
6
Drama Italia, después de la Segunda Guerra Mundial. Richard Cantwell es un coronel del ejército estadounidense, atormentado por la guerra, que se enfrenta a la noticia de que padece una enfermedad terminal con estoica indiferencia. Un encuentro casual con una joven comienza a reavivar en él la esperanza de renovarse.
11 de octubre de 2023
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paula Ortiz presenta con su primer largometraje en lengua inglesa una adaptación de la obra homónima de Ernest Hemingway. Desde la primera escena, antes del trágico anuncio que sirve como detonante argumental, el trabajo de dirección y la interpretación silenciosa de Liev Schreiber consigue ya plasmar esa aura afligida que desprenden las novelas del escritor estadounidense.

A partir de ahí, todo se comienza a configurar en base a los detalles y a una cadencia lenta, transmitiendo el poco apuro que siente el mismo protagonista. Paralelamente, se va planteando un juego entre los rostros y los paisajes, mostrando la relación entre el ambiente nebuloso y el sentir general del coronel Cantwell así como las conexiones que se van estableciendo entre unos personajes que juegan con sus semblantes para comunicarse sinceramente.

La fotografía cuidada, en su mayoría en blanco y negro, y la presentación de la ciudad de Venecia como un espacio nostálgico atrapan al espectador y lo adentran en la atmósfera triste que lo envuelve todo, pero sin caer en lo deprimente. Entre estos elementos se van desarrollando disertaciones en torno a aquellos conceptos presentes en el libro de Hemingway y en otras de sus obras: la guerra, la muerte, la soledad, etc.

Frente al pesar que invade la vida de Richard Cantwell, su deambular meditabundo entre los canales y su casual encuentro –y enamoramiento– con la joven condesa parecen brindar luz a un relato dirigido a la desesperanza. Esos atisbos parecen dotar de vida a un protagonista obsesionado con el fin de esta y, pese a la crudeza de estos temas, Paula Ortiz lo sabe llevar con tacto, sutileza e, incluso, una cierta poética en sus imágenes. Ese talante se acompaña de un reparto entregado a la fábula que ameniza la dilación y la densidad de aquello narrado. Así, Al otro lado del río y entre los árboles no es una película digerible para todos, pero encuentra sus momentos emotivos, capta la atención de la audiencia y la deja reflexionando sobre ciertas materias.

www.contraste.info
Revista Contraste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow