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España España · Madrid
Voto de Ethan:
8
Drama El duque de York se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor, Eduardo VIII. Su tartamudez, que constituía un gran inconveniente para el ejercicio de sus funciones, lo llevó a buscar la ayuda de Lionel Logue, un experto logopeda que intentó, empleando una serie de técnicas poco ortodoxas, eliminar este defecto en el habla del monarca. (FILMAFFINITY)
6 de marzo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Discurso del Rey nos cuenta una historia de superación arraigada en un hecho real, pero con la magia de la narrativa fantástica. Todo en ella funciona como un reloj destilando ironía, sarcasmo, emociones con la estructura y formato de un cuento infantil: un príncipe tiene serias dificultades para hablar a su pueblo, que en parte se mofa de él por su evidente tartamudez, y decide solucionarlo con la visita a un maestro logopeda, Lionel Logue, que ni siquiera lo es como tal, sino que su fama proviene de la utilización de la lógica, la observación y la interiorización de uno mismo para afrontar las adversidades. El rey lo pasa mal, el maestro (tan sólo un actor clásico venido a menos) le trata como a cualquier otro paciente, sin tener en cuenta su posición y su rango, utilizando técnicas inusuales que el Rey acepta sin demasiado convencimiento, y el drama humano se convierte poco a poco, gota a gota, como en un alambique, en una deliciosa parábola sobre los éxitos del esfuerzo y el tesón en la consecución de determinadas metas, sobre la grandeza del corazón humano por encima de las convenciones sociales y el valor intrínseco y arrollador de la amistad cuando el ser humano se antepone a las clases sociales. El duque de York se convirtió en rey de Gran Bretaña con el nombre de Jorge VI (1936-1952), tras la abdicación de su hermano mayor Eduardo VIII, y contó con el respeto y cariño de los ciudadanos británicos gracias a la ayuda de alguien corriente, un hombre del pueblo, a quien sólo le ayudó su inteligencia, el uso de la razón, y su enorme humanismo para conquistar la amistad (para siempre) de todo un Rey. Un producto cinematográfico sólido, de gran calidad, con grandes interpretaciones y un guión tan sobrio como elegante.
Ethan
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