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Voto de rouse cairos:
7
5,8
2.161
Thriller. Comedia
En 1956, tras el asalto a una joyería por parte de dos ladrones argentinos, se pone en marcha un operativo policial que acaba con la detención y encarcelamiento de los delincuentes. Sin embargo, el botín no aparece, y su búsqueda pone de manifiesto una compleja trama de complicidades. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2012
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Atraco!" es un entretenido policial hispano-nacional con aristas sentimentales, trasfondo histórico y momentos de humor que conforman un film interesante en el marco del cine de género industrial.
Esta coproducción argentino-española cuenta con dirección catalana y protagonismo argentino compartido, con los conocidos actores Francella y Cabré al frente. El guión tiene numerosas vueltas de tuerca, en un marco histórico que transcurre por canales clásicos de género: pasa por tramos de comedia, melodrama y finalmente se instala en lo más oscuro de la tradición policial.
La trama reconstruye muy libremente algunos hechos acerca del misterioso robo de las joyas de Eva Duarte de Perón a mediados de la década del ‘50, cuando ante dificultades económicas del ex presidente exiliado en Panamá, la leyenda dice que éstas fueron secretamente empeñadas por un secretario personal, en la película, un tal Landa, interpretado por Daniel Fanego en una de las caracterizaciones más acertadas. Así, ese invalorable tesoro va a parar a una joyería de la Gran Vía madrileña con la promesa de retorno a su origen. Pero el azar juega en contra y la esposa de El Generalísimo, aficionada a las joyas, se interesa en adquirirlas. Ante esta situación, el responsable de restituirlas trama la simulación de un robo (“atraco” en español), para lo cual recurrirá a un ex ardaespaldas incondicionalmente peronista y a un joven inexperto que aparece circunstancialmente a buscar trabajo como actor en un cabaret centroamericano, donde el entorno del General pasa la mayor parte de sus días en el exilio. A partir de aquí, todo ocurre en torno de esta dupla despareja de argentinos que deben simular lo que no son. La película, antes de ponerse tensa y dramática, capitaliza con humor las diferencias del experimentado (Francella) y el aprendiz torpe e ingenuo (Nicolás Cabré). Además, incluye una agradable historia de amor que permite el lucimiento de la actriz española Amaia Salamanca como una bella enfermera lejos de la tradicional malignidad de femme fatal pero artífice indispensable para la tragedia.
Con datos históricos reales y otros ficcionalizados, se teje una buena trama que va rotando desde el costumbrismo a la comedia de enredos, hasta encontrar un desenlace a la altura de estos conmovedores personajes menores, a la sombra de otros poderosos, pero que a puro sentimiento se meten por fidelidad en medio de circunstancias que los sobrepasan.
El director catalán Eduard Cortés se revela como un digno narrador y todos los elementos de la producción lucen cuidados y vistosos, dando lugar a que todos los talentos artísticos que participan del film tengan su espacio (algo poco habitual y siempre bienvenido).
Esta coproducción argentino-española cuenta con dirección catalana y protagonismo argentino compartido, con los conocidos actores Francella y Cabré al frente. El guión tiene numerosas vueltas de tuerca, en un marco histórico que transcurre por canales clásicos de género: pasa por tramos de comedia, melodrama y finalmente se instala en lo más oscuro de la tradición policial.
La trama reconstruye muy libremente algunos hechos acerca del misterioso robo de las joyas de Eva Duarte de Perón a mediados de la década del ‘50, cuando ante dificultades económicas del ex presidente exiliado en Panamá, la leyenda dice que éstas fueron secretamente empeñadas por un secretario personal, en la película, un tal Landa, interpretado por Daniel Fanego en una de las caracterizaciones más acertadas. Así, ese invalorable tesoro va a parar a una joyería de la Gran Vía madrileña con la promesa de retorno a su origen. Pero el azar juega en contra y la esposa de El Generalísimo, aficionada a las joyas, se interesa en adquirirlas. Ante esta situación, el responsable de restituirlas trama la simulación de un robo (“atraco” en español), para lo cual recurrirá a un ex ardaespaldas incondicionalmente peronista y a un joven inexperto que aparece circunstancialmente a buscar trabajo como actor en un cabaret centroamericano, donde el entorno del General pasa la mayor parte de sus días en el exilio. A partir de aquí, todo ocurre en torno de esta dupla despareja de argentinos que deben simular lo que no son. La película, antes de ponerse tensa y dramática, capitaliza con humor las diferencias del experimentado (Francella) y el aprendiz torpe e ingenuo (Nicolás Cabré). Además, incluye una agradable historia de amor que permite el lucimiento de la actriz española Amaia Salamanca como una bella enfermera lejos de la tradicional malignidad de femme fatal pero artífice indispensable para la tragedia.
Con datos históricos reales y otros ficcionalizados, se teje una buena trama que va rotando desde el costumbrismo a la comedia de enredos, hasta encontrar un desenlace a la altura de estos conmovedores personajes menores, a la sombra de otros poderosos, pero que a puro sentimiento se meten por fidelidad en medio de circunstancias que los sobrepasan.
El director catalán Eduard Cortés se revela como un digno narrador y todos los elementos de la producción lucen cuidados y vistosos, dando lugar a que todos los talentos artísticos que participan del film tengan su espacio (algo poco habitual y siempre bienvenido).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Más allá de indefiniciones en el tono, donde sobran algunos chistes y clichés, el film siempre mantiene un nivel interesante, con una reconstrucción de época preciosista a pesar de anacronismos, como los inhaladores de plástico que aparecen durante el ataque de asma de Landa o el habla de los argentinos que no responde a los modismos y entonaciones de época.
(El título "El trébol de la mala suerte" sólo se explica una vez visionada la película, cuando se entiende el porqué se anuda el ícono de un trébol a las letras que conforman el brevísimo titulo).
(El título "El trébol de la mala suerte" sólo se explica una vez visionada la película, cuando se entiende el porqué se anuda el ícono de un trébol a las letras que conforman el brevísimo titulo).