Haz click aquí para copiar la URL
España España · Alicante
Voto de Titacho:
9
Drama Irreversible. Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida del amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida. Porque toda la historia se escribe con esperma y sangre. Porque las premoniciones no modifican el curso de los ... [+]
19 de noviembre de 2018
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de culto, diferente, extraña, singular, insólita, no apta para todas las sensibilidades… vamos, lo que viene a ser UNA PELI RARA DE COJONES, de esas que dividen (no solo a los espectadores, sino también a los críticos), entre apasionados defensores y feroces detractores; o bien te parece una joya o la mayor mierda que has visto, no creo que haya nadie que se quede en un punto medio. Amor sin barreras u odio visceral, eso es “IRREVERSIBLE”. Yo me incluyo entre los primeros pero entiendo perfectamente a los segundos.

Y no es para menos, nos encontramos ante una cinta provocadora, original, sincera, intensa, experimental, transgresora y magnífica…pero también polémica, sucia, desagradable, dura (durísima), desquiciante y extremadamente violenta.

Ya desde los excelentes títulos de crédito uno se da cuenta de que no va a ver una película convencional ni de las que gustan a todo el mundo (el director tampoco lo intenta en ningún momento). Los primeros minutos sumen al espectador en el desconcierto más absoluto al ver esos movimientos de cámara, ese recorrido por un club gay sadomaso, esa música atronante y al no entender prácticamente nada de lo que está ocurriendo en la pantalla, pero poco a poco la historia te atrapa y ya no te suelta.

Dos escenas la hicieron famosa por su excesivo realismo: un asesinato y una violación. Lógicamente un escándalo como el que se montó en su estreno por esas dos escenas (pero especialmente por esos 9 minutos de violación brutalmente explícita a Mónica Belluci en un único plano secuencia en el que la cámara no se mueve), sirvió de publicidad gratuita para la película, pero sería injusto quedarse ahí, “Irreversible” es mucho más que esas dos escenas tan desagradables.

La fotografía es interesantísima, no sólo por cómo se mueve la cámara sino por esa luz tan oscura y sucia como la historia que nos están contando. Lo curioso es que Gaspar Noé no sólo escribe, monta y dirige, es que también es quien mueve la cámara, algo impensable en la mayoría de los directores. Y no se trata ya de cámara en mano, es que la imagen va dando vueltas hasta el punto de que cualquiera que haya tenido un episodio brutal de vértigo se reencuentra con su peor pesadilla (creedme, sé de lo que hablo). Conforme transcurre la narración, a medida que pasamos de una historia repulsiva a ver un relato casi intimista que nos muestra a una pareja enamorada en su desnudez más natural, la cámara se va quedando quieta y la luz va siendo más amable y agradable a la vista hasta finalizar con unos verdes brillantes.

El montaje inverso de las 13 escenas que componen la película desde luego es lo que más llama la atención, imposible no acordarse de la excelente “Memento”, el hecho de estar montada al revés no hace sino añadir un extra de desasosiego (y de interés), a todo lo que estás viendo. Al igual que en “Memento” uno tiene que volver a ver la película para enterarse de todas las cosas que se te escapan en un primer visionado, imposible entenderlo todo a la primera.

La música te pone de los nervios en esos primeros minutos en los que TODO te pone de los nervios, incluso se incluyeron sonidos de baja frecuencia para crear mayor sensación de malestar en el espectador (este efecto sólo se notaba en salas de cine, los que hemos tenido la mala suerte de verla en casa nos lo hemos perdido). Como todo en la película va evolucionando, desde el ruido de las primeras secuencias hasta ese final al son nada menos que de Beethoven.

Las interpretaciones no son lo más llamativo de la peli (joder, es que para llamar la atención por encima de todo lo anterior…), pero Vincent Cassel está soberbio. Siempre me ha parecido un actor con cara de palo pero en esta ocasión está que se sale, interpreta de manera magistral los dos estados de ánimo por los que pasa el personaje en apenas unas horas, la loca sed de venganza puesto hasta arriba de coca y alcohol de la primera parte de la película (es decir, el desenlace de la historia), y el juerguista absoluto perdidamente enamorado del final de la cinta.

Y por tener, la peli tiene hasta efectos visuales para darle mayor realismo, desde el pene del violador (que fue añadido digitalmente), hasta la cara machacada del asesinado al principio de la película, por lo visto el muñeco de goma que destrozaron a golpes de extintor no daba tanto asco como lo que se ve en el montaje definitivo.

En definitiva no es tan importante lo que nos están contando sino CÓMO nos lo están contando. La misma historia contada en el orden cronológico correcto, con una fotografía colorista, una música sinfónica continua y ahorrándonos escenas desagradables no tendría ni de lejos tanto interés. Y lo más atrayente es cómo la película va evolucionando, cómo la forma se rebela más importante que el fondo a cada paso, es alucinante ver cómo se llega a ese final, con la cámara quieta, la luz brillante y la música de Beethoven desde ese principio vertiginoso, feo e hiperviolento. Inicio y fin irreconciliables y a años luz, como metáfora de esos actos que vemos que provocan consecuencias para las que ya no hay vuelta atrás, consecuencias IRREVERSIBLES.

Una peli no apta para todos los estómagos, que no deja indiferente a nadie y que hay que ver sí o sí (hasta el final, por favor), aunque sea para decir que no vale un pimiento, cintas tan diferentes como esta no hay que perdérselas.
Titacho
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow