Haz click aquí para copiar la URL
España España · Alicante
Voto de Titacho:
9
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2018
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ridley Scott resucitó el péplum histórico del que Hollywood se había olvidado por completo con esta fantástica “peli de romanos”, todo un alarde técnico y artístico acompañado de una buena historia que arrasó en taquilla, encandiló a crítica y público y recibió cinco Óscars, allanando el camino para que los estudios se decidieran a volver a hacer este tipo de cine (sin el éxito de Gladiator no hubiéramos tenido “Troya”, “Alejandro Magno” o “El reino de los cielos”, por citar solo algunas).

Un guión espléndido con unos diálogos buenísimos, un espectacular diseño de vestuario, unos decorados fantásticos (aunque se nota demasiado la diferencia entre los reales y los digitales), un montaje perfecto, una espléndida fotografía, una música de las que no se olvidan y unos efectos especiales que están al servicio de la historia que nos están contando y no al revés. Las escenas de lucha son espléndidas, especialmente la que abre la cinta; las coreografías, los efectos visuales, el montaje y la sincronización perfecta de todos esos elementos con la música hacen de la batalla de Germania una de las mejores que se recuerdan.

Eso sí, la peli está llena de incorrecciones históricas, de anacronismos de vestuario y de errores arquitectónicos pero (lo diré una vez más), VAMOS AL CINE, NO A CLASE DE HISTORIA. Si a eso le añadimos inexplicables paradojas espacio-temporales (¿en serio llega así de rápido de Germania a Hispania cabalgando y encima desangrándose?), gazapos por tooooodas partes, Oliver Reed muriendo de un infarto en pleno rodaje (como para no morirse, con todo lo que se metió), los guionistas tirándose los trastos a la cabeza, Rusell Crowe en plan divo («Tus frases son basura, pero yo soy el mejor actor del mundo y puedo hacer que incluso la basura suene bien»), y las peleas Zimmer-Gerrard por la autoría de la banda sonora es casi un milagro que la película llegara a estrenarse y que podamos disfrutar de esta (pese a todo), maravilla para los ojos.
Titacho
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow