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España España · Madrid
Voto de dieterle:
8
Drama Adrien, un chico de 19 años, huyendo de la policía, se instala en casa de su padre, un hombre inestable que vive con una chica muy joven que es adicta a las drogas. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez, Olivier Assayas sea uno de los directores más interesantes del cine actual francés, sobre todo por la uniformidad en la calidad de sus propuestas y por la coherencia de su carrera, donde nunca se ha apartado del cine de autor personal, incluso en las coproducciones en las que ha intervenido. “Paris se despierta”, su tercera película, supone un paso adelante con respecto a sus dos películas anteriores, en las que no podía evitar los tics típicos del cine pedante francés, por fin en esta tercera propuesta, da rienda suelta a su estupenda agilidad narrativa y a su sofisticada planificación técnica a la hora de crear imágenes. Dejando atrás definitivamente los baches narrativos de su anterior película “El niño del invierno” así como la molesta sensación de querer imitar a Bergman o a Eric Rohmer.
En “Paris se despierta” comienza a verse a un director con personalidad propia, y de enorme talento, adentrándose en otra dura historia de personajes desnortados y faltos de coherencia, que no pueden evitar hacerse daño en sus relaciones personales y que demuestran una gran inmadurez emocional. Y todo ello en un ambiente sórdido, un parís marginal que únicamente nos muestra su belleza, en los planos generales que muestran Paris en el amanecer o en el atardecer, planos generales de la ciudad con los que abre los distintos arcos argumentales. Assayas vuelve a interesarse por el reverso oscuro de las relaciones humanas, en este caso entre un padre, su amante de dieciocho años y el hijo de la misma edad.
Assayas demuestra una maestría innegable, tanto en la elección de los encuadres, la elaboración de los planos secuencia, la luz, como en la dirección de los actores. Actores semiprofesionales y desconocidos, salvo la presencia de Jean Pierre Lelaud, el actor fetiche de Francoise Truffaut.
Película premonitoria del enorme talento que atesora Assayas, que encantará a los amantes del cine francés de calidad, y que sin embargo puede no gustar al público más convencional. Cine gafapastil, pero en este caso, buen cine, exento de las pedantería cargantes típicas de este tipo de películas.
dieterle
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