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Rusia Rusia · Provincia de...
Voto de Demetrio Rudin:
7
Terror Inexplicablemente, los habitantes de un apacible pueblo pierden el conocimiento durante unas horas. Poco después se produce otro extraño e inquietante fenómeno que parece estar relacionado con aquel desmayo: muchas mujeres del pueblo descubren que están encintas. Agentes del gobierno supervisan estos embarazos para investigar si existe o no tal relación. Cuando las madres dan a luz, resulta que curiosamente todos los recién nacidos son ... [+]
10 de abril de 2006
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los habitantes de Midwich, Inglaterra, caen por unas horas, sin motivo aparente, en un profundo letargo. Un tiempo después se sabe que varias mujeres quedaron embarazadas el día del extraño fenómeno; una de ellas es una adolescente virgen. Todas las mujeres deciden tener a sus hijos, pese a las dudas de cómo han sido engendrados.

Esta es la historia del pueblo de los malditos, una de las películas cumbres del género de terror de la década de los 60. Corrían años difíciles para el cine de terror; el género no había sabido aprovechar el bache de la posguerra mundial para hacer mella en la taquilla norteamericana. El boom de los 30 comenzaba a parecer un espejismo tambaleante ante una sociedad que no encontraba refugio a sus problemas dentro de las oscuras salas que ofrecían un reflejo claro de los miedos y preocupaciones humanas. Títulos como Tarántula, el increíble hombre menguante… calaban hondo entre el público durante los 50, pero estos films disgregaban ampliamente de una planteamiento similar al cine bizarro. Fue entonces, encumbrado por obras de la talla de La noche de los muertos vivientes, el pueblo de los malditos, Psicosis… cuando el género de terror volvió a resurgir de entre sus cenizas, encontrando un filón inagotable, que aún persiste hoy en día.

Retomando el guión de la película, nos vamos a topar con un inquietante, aunque ligeramente impersonalizado producto de buena calidad en pautas generales. La trama acopia la virtud de crear una fría y desconcertante atmósfera que envuelve al espectador en un mundo apacible en apariencia, pero impasible y descorazonado en realidad. Se puede llegar a entender un profundo trasfondo que aborda temas de vital interés para entender una sociedad ciega e insegura al mismo tiempo. El escenario es inmejorable en este caso, la aislada villa de Midwich, resulta ser el paraje ideal para el desarrollo de una oscura historia, con un cierto tinte catastrofista, ya que en ciertos momentos se hace referencia a un ataque simultáneo en varios puntos del globo. El ritmo de la obra se ofrece cadencioso consiguiendo una creciente tensión que culmina con un clímax de ardiente factura.

La técnica de la película contribuye en todo momento a lograr el indispensable clima de sordidez en el que transcurre el relato. Algunos encuadres con un notable desenfoque evocan a una visión barroca que no pasa de ser una mera anécdota visual. Por lo demás el alemán Wolf Rilla dirige con gran acierto, en especial gusta la manera de presentar el conflicto dramático de manera subjetiva y en cierto modo apartando lo emocional de lo natural, tónica a seguir a lo largo de todo el metraje. Las agudas composiciones de viento y cuerda suenan únicamente en los momentos clave de la cinta, haciendo que lo sonoro se ofrezca efectivo.

El pueblo de los malditos es un film modesto pero muy trabajado, recomendable para todo aquel que quiera observar el renacer del cine bizarro de los 60.
Demetrio Rudin
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