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Voto de zoquete:
8
7,8
74.416
19 de julio de 2005
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ensalzada por la crítica y considerada como un hábil entramado de sorpresas y quiebros en el guión, “Nueve reinas” provocará las delicias de los amantes del cine con argumento enrevesado, que busca provocar continuas situaciones donde nada es lo que parece. Es de aquellas afortunadas películas que obliga al recuerdo, que fuerza a la reconstrucción de la historia desde el principio una vez conocido todo el metraje.
La película arranca con el fortuito encuentro entre dos pillos que se reconocen de poca monta, uno de ellos de apariencia ingenua y casi desprotegida mientras el otro muestra su cara más mundana y ajada por la profesión de que hace gala. Con estas premisas encontramos en el metraje momentos deliciosos, como las comparaciones entre los estilos de los protagonistas, los escrúpulos, las motivaciones o su ausencia, en definitiva todo un reguero de detalles que hacen de cada momento una oportunidad para dar una pincelada más profunda en el dibujo de los personajes. Sin embargo y como se anuncia en cualquier sinopsis, al tratarse de tramposos, el juego de apariencias fomenta que esa construcción de los protagonistas pierda algo de credibilidad, especialmente cuanto más avanza el film.
La película arranca con el fortuito encuentro entre dos pillos que se reconocen de poca monta, uno de ellos de apariencia ingenua y casi desprotegida mientras el otro muestra su cara más mundana y ajada por la profesión de que hace gala. Con estas premisas encontramos en el metraje momentos deliciosos, como las comparaciones entre los estilos de los protagonistas, los escrúpulos, las motivaciones o su ausencia, en definitiva todo un reguero de detalles que hacen de cada momento una oportunidad para dar una pincelada más profunda en el dibujo de los personajes. Sin embargo y como se anuncia en cualquier sinopsis, al tratarse de tramposos, el juego de apariencias fomenta que esa construcción de los protagonistas pierda algo de credibilidad, especialmente cuanto más avanza el film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aún tratándose de cine argentino, afortunadamente para sus detractores y a pesar de quienes la disfrutamos, la labia apenas alcanza el nivel esperado. Además, la búsqueda del efectivismo recuerda a algunas molestos sacrificios de guión usuales del cine de Hollywood. En particular, aunque se agradece la sutileza, se presentan determinadas secuencias para despistar (maltratar?) al espectador aún a riesgo de que retrospectivamente no acaben de encajar. Desgraciadamente también el humor pasa bastante de puntillas, aunque no faltan situaciones que lo facilitan. En este sentido se detecta algo de tensión en la composición de las escenas, no necesariamente obligada para la historia. Esta cierta concesión, con todo, se agradece en algún impresionante bloque de estética video-clip, como en la escena donde se sintetizan todos los hurtos y trapicheos que los protagonistas están viendo producirse a su alrededor, y que pasan desapercibidos para la mayoría de los mortales.
El toque mágico de la historia lo pone la verdadera reina de la farsa, la actriz Leticia Bredice en el papel de hermana de Marcos (Ricardo Darín), uno de los pillos. Su composición es todo un recital de gestos más allá de su propia sensualidad, que también la exhibe, y que proporciona el papel más fresco de toda la película. Su propio fingido estiramiento y sonrisa dentrífica como empleada del hotel acentúa con especial fuerza la credibilidad en aquellos momentos en que descubre la cara que no muestra a sus clientes. Existen buenos motivos para lanzarse a disfrutar de la película pero la presencia de Bredice es el estímulo que hará decantar definitivamente la balanza para quienes gustan de buenas interpretaciones.
El toque mágico de la historia lo pone la verdadera reina de la farsa, la actriz Leticia Bredice en el papel de hermana de Marcos (Ricardo Darín), uno de los pillos. Su composición es todo un recital de gestos más allá de su propia sensualidad, que también la exhibe, y que proporciona el papel más fresco de toda la película. Su propio fingido estiramiento y sonrisa dentrífica como empleada del hotel acentúa con especial fuerza la credibilidad en aquellos momentos en que descubre la cara que no muestra a sus clientes. Existen buenos motivos para lanzarse a disfrutar de la película pero la presencia de Bredice es el estímulo que hará decantar definitivamente la balanza para quienes gustan de buenas interpretaciones.