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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
7
Comedia. Drama Dos enfermos terminales de cáncer, de caracteres y mundos completamente opuestos, entablan amistad. Edward Cole (Jack Nicholson) es un engreído millonario mientras que Carter Chambers (Morgan Freeman) es un modesto mecánico. A pesar de todo, deciden emprender juntos un último viaje para poder hacer, antes de morir, todas las cosas que siempre han deseado. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2008
27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Han leído el libro «FILOSOFÍA DE LA PERIFERIA, Ediciones Litopress, Córdoba 2007»? Pues en el capítulo 86 un número determinado de muchachos y muchachas contestan a la pregunta "¿Qué haría usted si supiera que sólo le quedan tres días de vida?" Bueno, las contestaciones son diversas, pero por ejemplo cabe destacar esta de Arisleidy Mercedes de 8 años: «Si me quedaran sólo tres días de vida y tuviera hijos, les diría: "Esta casa que tengo se la voy a dejar a ustedes, no metan en ella a ningún sinvergüenza".» (p. 199); o esta otra de Stephanie Ramírez de 12 años: «Lo que yo haría en esos últimos días es perdonarme a mí misma.» (p. 200).

Pues más o menos en este sentido va la película de Rob Reiner que nos ocupa, aunque aquí los protagonistas no son niños sino dos hombres de avanzada edad a los que les han diagnosticado cáncer y muerte casi segura por metástasis en cuestión de pocos meses.

Entonces, como dice la niña Stephanie del libro citado anteriormente, estos dos humanos moribundos, uno un famoso multimillonario y otro un sabio mecánico de autómoviles (Jack Nicholson y Morgan Freeman), que llegan a intimar y hacerse amigos debido a que comparten la misma habitación del hospital donde se hallan ingresados, deciden hacer cumplir algunos deseos, hacer algunas cosas maravillosas que en todos sus largos años de vida no han hecho y aprovechando su poco tiempo de existencia en este mundo optan por morir con "las botas puestas".

Interesante, motivadora de ternura y reflexión, conmovedora, sobre todo para personas que se hallen más o menos próximas a la experiencia del fin de la vida en sus más distintas variantes. Incluso tiene sus pequeños momentos de humor, como cuando uno de los hospitalizados le dice al otro: «Creo que mueren más pacientes por las visitas que por las enfermedades». Sin duda, esta película aunque en líneas generales sea algo simplista, les tocará las fibras sensibles y les hará llorar. En cambio, para esa clase de tipos que están pletóricos en su propia vanidad, egolatrizados en su poder, su fuerza, su éxito, su juventud o su fiesta de botellón, quizás este filme les parezca una auténtica chorrada para vejestorios.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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