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Ahora o nunca

Comedia. Drama Dos enfermos terminales de cáncer, de caracteres y mundos completamente opuestos, entablan amistad. Edward Cole (Jack Nicholson) es un engreído millonario mientras que Carter Chambers (Morgan Freeman) es un modesto mecánico. A pesar de todo, deciden emprender juntos un último viaje para poder hacer, antes de morir, todas las cosas que siempre han deseado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 110
Críticas ordenadas por utilidad
10 de febrero de 2008
100 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces se proyectan en las salas películas que quieren dar un mensaje al público, dejando muy de lado el querer destacar los apartados artísticos o comerciales. “The Bucket List” en su sencillez nos da a entender que la vida es corta y que hay que aprovecharla.

No tiene la mejor dirección del año (muy correcta por cierto), ni una banda sonora inolvidable ni mucho menos un guión digno del Oscar pero el contenido y la sensación que queda después de verla es auténtica.

No pongamos nuestra atención, al ver la escena en las pirámides, en lo obvio de la pantalla azul y los no tan logrados efectos especiales. Pongamos atención al diálogo profundo que sostienen los dos protagonistas, esas conversaciones son las que le dan vida y sentido a la película, son lo primordial y lo más necesario para que la “irreal” trama se desarrolle con naturalidad y fuerza.

Y a todo eso hay que sumarle la participación de Jack Nicholson y Morgan Freeman que bordan sus papeles con comicidad y carisma, uno de los mejores dúos que he visto en los últimos años.
The Mags
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14 de enero de 2008
64 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro tú que estas leyendo, no podrías decir que en esos momentos en los que te pones a analizar sobre la vida y la muerte, no piensan sobre aquello que quisieras hacer si te faltaran meses para morir.
Creo que éste fin de semana, me ví una de las mejores películas que he visto en mi vida. Que sí soy cursi, romántica y soñadora? Seguro que sí, para qué negarsélos. "Ahora o nunca" me vino perfecta, pues es una de esas cintas que todos debemos ver, analizar y no dejar pasar.
La moraleja que trae al mundo, es como bien dice el dicho "vivir cada día como el último", ser felices y no vivir con rencores jamás. La sonrisa es vital, casi impresindible. Las interpretaciones de ambos ganadores de Oscar lo máximo, mejor imposible.
carito sandoval
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11 de abril de 2008
27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Han leído el libro «FILOSOFÍA DE LA PERIFERIA, Ediciones Litopress, Córdoba 2007»? Pues en el capítulo 86 un número determinado de muchachos y muchachas contestan a la pregunta "¿Qué haría usted si supiera que sólo le quedan tres días de vida?" Bueno, las contestaciones son diversas, pero por ejemplo cabe destacar esta de Arisleidy Mercedes de 8 años: «Si me quedaran sólo tres días de vida y tuviera hijos, les diría: "Esta casa que tengo se la voy a dejar a ustedes, no metan en ella a ningún sinvergüenza".» (p. 199); o esta otra de Stephanie Ramírez de 12 años: «Lo que yo haría en esos últimos días es perdonarme a mí misma.» (p. 200).

Pues más o menos en este sentido va la película de Rob Reiner que nos ocupa, aunque aquí los protagonistas no son niños sino dos hombres de avanzada edad a los que les han diagnosticado cáncer y muerte casi segura por metástasis en cuestión de pocos meses.

Entonces, como dice la niña Stephanie del libro citado anteriormente, estos dos humanos moribundos, uno un famoso multimillonario y otro un sabio mecánico de autómoviles (Jack Nicholson y Morgan Freeman), que llegan a intimar y hacerse amigos debido a que comparten la misma habitación del hospital donde se hallan ingresados, deciden hacer cumplir algunos deseos, hacer algunas cosas maravillosas que en todos sus largos años de vida no han hecho y aprovechando su poco tiempo de existencia en este mundo optan por morir con "las botas puestas".

Interesante, motivadora de ternura y reflexión, conmovedora, sobre todo para personas que se hallen más o menos próximas a la experiencia del fin de la vida en sus más distintas variantes. Incluso tiene sus pequeños momentos de humor, como cuando uno de los hospitalizados le dice al otro: «Creo que mueren más pacientes por las visitas que por las enfermedades». Sin duda, esta película aunque en líneas generales sea algo simplista, les tocará las fibras sensibles y les hará llorar. En cambio, para esa clase de tipos que están pletóricos en su propia vanidad, egolatrizados en su poder, su fuerza, su éxito, su juventud o su fiesta de botellón, quizás este filme les parezca una auténtica chorrada para vejestorios.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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20 de noviembre de 2011
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de una premisa tan elemental como tópica “Ahora o nunca” (excesiva obviedad del título español para “The bucket list”) tiene un arranque amable e incluso agradable, no exento de fatalidad, cuando presenta a los dos antagonistas, con los que asistiremos a todas esas vicisitudes que van a compartir. Estamos ante una película bienintencionada y no dudo que honesta, pero acaba resultando demasiado blanda y tópica, sin omitir ramalazos de artificiosidad y momentos cursis.

Nicholson compone una vez más uno de sus eternos papeles (y no precisamente de los más trascendentes en su firmamento fílmico) de huraño, hostil, irritado… pero con su puntito de humanidad y tolerancia. Es fácil sentar las bases de una futura historia cuando los antagonistas con los que vamos a compartir parte de su precario futuro son, por una parte, el blanco, gruñón y rico y, por la otra, el negro, comprensivo y pobre, ya que a partir de ese momento todas las anécdotas, tanto las divertidas como las dramáticas, girarán en torno a ambas personalidades.

La película se desliza por derroteros amables, tratando de que el espectador conecte con ese drama que habrá de contemplar, aunque no evita ciertas dosis de incómoda trascendencia en su planificación (excesivamente televisiva) que, no sólo molesta, sino que empaña ese deseo de mostrar de la forma más natural posible esa íntima tragedia a la que asistimos. Cuando algún personaje habla, pretendiendo decir algo importante, o que suene a importante, la cámara se le acerca lentamente hasta encuadrar su rostro e imponer ese plano al espectador, junto a lo que dice… o sea, subraya con la imagen lo que subraya la palabra… acompañado por el subrayado de la música. Resumiendo, abuso de “ternurismo”

“Ahora o nunca” pretende provocar la lágrima fácil a través de esa emociones humanas y trágicas pero expuestas con un cierto desapego, lo que distancia la identificación crucial del espectador con lo que ve. Lo que aparece en pantalla no deja de ser una mezcla de tragicomedia, expuesta con tanta pulcritud, que aleja todo impacto de esa tragedia real que viven sus protagonistas.

Todo cuanto acontece en esta agradable, pero blanda, película es tan previsible como amable. Desde sus disquisiciones metafísicas o religiosas, hasta sus reflexiones místicas cargadas de moralina. Es una lástima que su comienzo más o menos atrevido (dentro de los parámetros en que la película se mueve) desfallezca en un posterior desarrollo, lleno de tópicos, algo de empalago y esa dicotomía entre sensibilidad y sensiblería que en ningún momento abandona el film. No negaré que en esta película, aparte de la sonrisa que puede provocar, persiste la honestidad de un deseo que nos habla sobre unas vidas capaces de superar los estrechos límites de la intolerancia y la desidia en que vivían.
Manu_el_Ruiz
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13 de febrero de 2008
30 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como se suele decir, no hay que confundir la gimnasia con la magnesia, y justamente es lo que hace este film, confunde el cine de buenas intenciones con mensaje positivo, a lo Frank Capra, con el dramón enlatado, incoloro e insaboro que, a falta de talento, se refugia en intentar tocar la fibra sensible a base de tópicos.

Aunque quizás hablar de confusión no es lo más adecuado, ya que se nota a la legua que todo lo que vemos en pantalla está milimétricamente calculado. Justamente por eso la película se convierte en un producto deleznable.

Una vez más, se juega con el contraste entre dos personalidades opuestas y como afrontan un mismo problema desde sus respectivas perspectivas para acabar aprendiendo el uno del otro. Un recurso que ya está muy gastado pero que encima se plasma en pantalla de forma ramplona y fácil.

Y es que el tema de las virtudes de la felicidad familiar, con sus correspondientes altibajos, frente a la soledad del rico egoista ya cansa, y más cuando se abunda recurrentemente en las típicas disquisiciones acerca de la fe, el amor, la fidelidad, las reconciliaciones familiares...etc. Y todo de forma tan forzada que casi se puede preveer desde el minuto 1 del metraje.

Tampoco ayudan en absoluto unas interpretaciones que no deberían considerarse tales, y más si cabe que nos encontramos ante un duo protagonista de solvencia contrastada. En lugar de ello lo que vemos es una mera recreación hiperbólica de antiguos papeles. Freeman haciendo de el sencillo y buen hombre americano, cuya vida y sus sueños han sido truncados pero que con su estoicismo, y su honda sabiduría se permite dar lecciones a todo aquel que quiera escucharle. Por otro lado tenemos a Nicholson haciendo de típico canalla pero que sólo necesita que alguien rescate la buena persona que lleva dentro, y para ello nos deleita con un histrionismo fuera de lugar y un catalogo de muecas que sólo podría superar Jim Carrey.

Sí, se trata de una película mil veces vista y cuyo esquema ya aburre por cansino. Sí, su emotividad de mercadillo apesta a rancio. Sí, no aporta absolutamente nada ni visual, ni argumentalmente. Pero lo peor no es eso, lo peor es su mensaje conservador y antiguo, que quizás hubiera sido edificante en los años 40 pero no ahora ya que, es un hecho, que la sociedad evoluciona, su sensibilidad y su forma de transmitirla también y por ello esta película resulta inútil, porque tanto para el espectador como para el propio cine sólo aporta lo mismo que cualquier trasto en un armario, nada.

Lo mejor: Su corta duración.
Lo peor: Que se sigan haciendo películas así.
LennyNero
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