Vuelve Mel a la carga con una historia de venganza y sangre bajo el brazo, esto es lo mejor de la película, va a tope e incluso su personaje recuerda al que interpretó en la gran Payback.
Hay algunas secuencias muy duras y violentas, y eso en esta típica película de género es de agradecer.
El transfondo de la película, más allá de la historia de venganza, es un disparate y del todo inverosímil, además hay personajes como el que interpreta Ray Winstone que aún no sé muy bien que pintaban.
Por lo demás es bastante entretenida y se pasa volando, además hay algún que otro diálogo que merece la pena.
No deja de ser una más del montón, pero sale Gibson machacando cráneos sin nada que perder.
Entretenida y poco más.