Interesante e intenso drama con una Sharon Stone pletórica y con una dirección muy inspirada. Casino es un peliculón; y lo dice alguien que no gusta para nada de este tipo de expresiones, pero lo es. El submundo de la mafia nos muestra su lado más atractivo y glamuroso, es un mundo de celofán pero que también posee fibra y entrañas. Esto nos lo demuestran unos personajes llenos de carisma y avasalladora personalidad. Su temática no anda muy alejada de cualquier film de Tarantino y así es: su guion nos sumerge en un mundo sórdido pero atractivo, mágico a la vez que venenoso. Realmente este casino es un lugar peligroso lleno de personalidades extremas pero por eso mismo resulta interesante y acogedor. Los pormenores de la vida regalada nos dejan en un estado cercano al éxtasis, o casi.

Los amantes de la estética de los lustrosos años setenta van a disfrutar de lo lindo con una propuesta repleta de colorido y de bellas formas. Las capas altas de la sociedad mostrando su lado oscuro y vicioso nos demuestran una vez más que todo en esta vida tiene un precio y que nadie, o casi nadie, está libre de culpa. En este sentido es un film muy aleccionador. Su función es divertir pero a la vez enseñar las consecuencias de darse al juego y a la mala vida. Estos gangsters se las apañan para resultar tiernos y entretenidos como si formaran parte de una familia de trapecistas. Esto es así y puede verse en el film. Cabe resaltar el papel de Sharon Stone, tan bella como siempre y, en este caso, gran merecedora de la nominación que obtuvo. No cabe decir mucho más, véanla pues merece la pena.