Uno de los personajes señeros de mi infancia en los 80 y de los más recordados y carismáticos es este Lucky Luke junto con los Dalton, Rantanplán y compañía. En mi barrio había una panda de hermanos temerarios que era como los Dalton y que siempre me parecieron un tanto siniestros y poco de fíar así que podía identificarme perfectamente con algunos episodios de la serie. Lucky Luke y su pose IMPASIBLE era todo lo que uno necesitaba en frente del televisor para espantar los miedos y temores y de hecho le considero un espejo para gente como Clint Eastwood y otra fauna del western real. Era un personaje estoico y adusto con muchas virtudes entre las cuales estaba su proverbial e inmortal SILENCIO que sobrecogía a todos porque no sabías lo que iba a hacer. Eso de ser más rápido que su sombra y esa melodía tan pegadiza que retumbaba por los desiertos de Arizona nunca me lo quitaré de la cabeza. Sus proezas eran inenarrables y nunca se ponía nervioso: era un caballero a la vieja usanza y modelo a seguir por los valientes del barrio.

Otro prodigio de la factoría Hanna Barbera con el que crecí y que me sirvió de acicate en mis años mozos. Siempre recordaré a Mamá Dalton o a Rantanplán personajes secundarios que aún así marcaron mi INFANCIA y la de muchos otros de mi generación. Le pongo un 7 y me quedo corto para todo lo que representó Lucky Luke y siendo franco-belga en vez de americano pues aún más mérito le doy. Una de las MELODÍAS más pegadizas de toda la Ha de la televisión con un marco inigualable de aventuras variadas; esto y mucho más nos ofrece Lucky Luke que era tan buena serie de animación infantil que cuando fue llevada al cine con imágenes reales nunca llegó a superar a la original y por algo será a pesar de que le pusieron ganas y dinero. NACIDA PARA MARCAR UNA ÉPOCA.