No me arrepiento de haber visto este film pero, siendo sinceros, tampoco me parece gran cosa. Coincido con aquellos que la consideran pretenciosa puesto que intenta englobar demasiadas cosas y lo hace además sin un ápice de humildad, por otra parte, el film se deja ver y tiene secuencias que se te quedan en la retina.

Los personajes parecen estar sedados, sus diálogos me parecen huecos y engañosamente filosóficos. En este sentido la película es un poco tramposa. Su ambientación, además, es plomiza.

La sensación de importancia que el film se concede a sí mismo puede llegar a resultar irritante, por eso hay que verlo con los ojos adecuados.

Cine filosófico con el trasfondo de la ciudad de Berlín.