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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de darth_matu:
8
Fantástico. Drama. Romance Durante una noche de Navidad, una anciana le cuenta a su nieta la historia de Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), un muchacho creado por un extravagante inventor (Vincent Price) que no pudo acabar su obra, dejando al joven con cuchillas en lugar de dedos. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera historia fantástica de una serie que comenzaría aquí y marcaría el sello de Tim Burton durante las décadas posteriores como un de los grandes realizadores en este genero (El Gran Pez, La Fabrica de Chocolate, la ya casi estrenada Alicia en el país de las maravillas y la ya mas oscura, sangrienta y musical Sweeney Tood) contada como un cuasi cuento infantil (desde su artística, su música, sus decorados y vestimentas) pero con ribetes oscuros, aristas profundas y un análisis sociológico claro y evidente. En fin con un toque de realidad y humanidad brutal no presentes por ejemplo en ciertas fabulas de Disney o en las narraciones de hadas, Dragones, brujas y grandes caballeros de antaño.
Así, recorre la desdichada y solitaria vida de un androide moderno incompleto cuyo creador falleció antes de finalizarlo, que con toda su inocencia a cuestas, acartonada conducta y pureza de acción, sin conocimiento de la maldad, la envidia ni el odio gutural, intenta insertarse en una sociedad media de los Estados Unidos, a la que Burton caricaturiza y defenestra hasta mas no poder caracterizandola de rutinaria, mediocre, aburguesada, hipócrita y competidoramente superficial y material.
Así, Eduardo, el androide, va conociendo poco a poco lo peor de la raza humana, sus vicios y sus sentimientos mas lúgubres y atractivos a la vez, los cuales va a adoptando poco a poco hasta verse en la necesidad de decidir si quedarse conviviendo con los mortales y volverse uno mas de ellos, uno mas de su repugnante especie y por ende alcanzar lo mas positivo de su experiencia: el amor de la única mujer que amaría en toda su vida, o sacrificar ese calido sentimiento y regresar a su oscuro y tenebroso, en apariencia, castillo, a su eternidad de soledad pero a salvo de un mundo que adopta con deslumbramiento todo lo especial y lo novedoso por su carácter de distinto, hasta que lo corrompe con sus inmorales costumbres para luego despreciarlo, apartarlo y aniquilarlo para así evitar el tener que contemplar una cotidiana muestra viviente de su destructiva presencia en este planeta y en consecuencia continuar existiendo gracias a lo que ha sido la justificación de todos sus errores: el autoengaño de creerse el privilegiado de la creación divina.
Dulce y acida a la vez, clásica y vanguardista, en fin, “burtoniana” y punto.
darth_matu
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