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Voto de JavierArenales:
7
7,1
1.842
Drama
Maria se encuentra atrapada entre dos mundos. En el colegio, esta chica de 14 años, tiene los típicos intereses de una adolescente, pero cuando está en su casa debe seguir los dictados de la Sociedad de San Pablo y su tradicional interpretación del catolicismo. Todo lo que Maria piensa y hace debe ser examinado ante Dios. (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Kreuzweg (Stations of the Cross)” narra el vía crucis particular de María, adolescente de 14 años que transita en dos realidad paralelas: ostenta los deseos y preocupaciones de su edad pero posee unos principios educacionales y religiosos integristas que los estrangulan.
La película se divide en catorce capítulos que corresponden al camino hacia la cruz que sufrió Jesús. A su vez, simbolizan la vida de María; un planteamiento original y muy elogiable. Este formalismo se ve acrecentado con el esteticismo visual que domina la película; todos los capítulos son planos secuencia de larga duración. Con esta estratagema, Dietrich Brüggemann pretende que el espectador se centra absolutamente en la historia. Para ello, realiza una puesta en escena austera que siempre tiene como punto de fuga a los protagonistas de los diálogos. Nada queda al azar.
A través de unos personajes con unos roles muy definidos y acertados (un seminarista convencido, una madre castrante e inflexible, un compañero que representa el deseo y una tía que se ha educado en un mayor aperturismo y entiende a la joven), el director alemán introduce un mensaje nítido en contra de los fanatismos religiosos.
En conclusión, una película lenta, amarga y no apta para todos los públicos, que destaca por su riqueza de contenido y sus múltiples conclusiones.
NOTA: 7,5
La película se divide en catorce capítulos que corresponden al camino hacia la cruz que sufrió Jesús. A su vez, simbolizan la vida de María; un planteamiento original y muy elogiable. Este formalismo se ve acrecentado con el esteticismo visual que domina la película; todos los capítulos son planos secuencia de larga duración. Con esta estratagema, Dietrich Brüggemann pretende que el espectador se centra absolutamente en la historia. Para ello, realiza una puesta en escena austera que siempre tiene como punto de fuga a los protagonistas de los diálogos. Nada queda al azar.
A través de unos personajes con unos roles muy definidos y acertados (un seminarista convencido, una madre castrante e inflexible, un compañero que representa el deseo y una tía que se ha educado en un mayor aperturismo y entiende a la joven), el director alemán introduce un mensaje nítido en contra de los fanatismos religiosos.
En conclusión, una película lenta, amarga y no apta para todos los públicos, que destaca por su riqueza de contenido y sus múltiples conclusiones.
NOTA: 7,5