Una experiencia visual de primera. Es cierto que "Gravity" tiene un guión muy plano, con un argumento lineal que no admite subtramas (por cierto, como Hitcock en casi todas sus historias para TV), y también es verdad que el tufo de americanada apesta un poco (por cierto, qué decir a estas alturas del mensaje de algunas películas de genios como Griffith, Eisenstein o Riefenstahl). Sin embargo, he disfrutado de "Gravity" como un niño.

La película es un puro hechizo visual. Y, como digo en el título, el enorme plano-secuencia con el que arranca el film ya me ha dejado aturdido en la butaca, rendido ante el director, sometido a todo lo que pudiera venir después. Parece imposible que se pueda transmitir mejor la sensación de ingravidez y mareo que la historia sugiere. A partir de aquí, uno sólo tiene que dejarse llevar... Clooney y Bullock están en su papel, haciendo de ellos mismos a pesar de lo exótico de la propuesta, pero realmente cumplen. Algunos giros del argumento son exagerados e inverosímiles, aunque en la línea de cualquier peli de aventuras. Ni más, ni menos. El uso de la técnica es portentoso porque, más allá del mero impacto visual, la forma está al servicio de un argumento pensado para generar tensión. Y, en mi caso, lo han conseguido. En fin, un ejercicio de estilo muy disfrutable, aunque el tono de la película sea marcadamente palomitero. Por esta vez, se perdona.