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España España · Barcelona
Voto de rober:
4
Drama Un joven (Andrés Gertrúdix) de desconcertante ingenuidad, vive tres vidas paralelas en tres ciudades diferentes: en Madrid lleva una vida gris y monótona, lastrada por una madre posesiva y alcohólica. En París tiene un romance con una especie de estrafalaria Amélie (Lola Dueñas). Y en Berlín comparte piso con una pintora (Najwa Nimri) y otros amigos de ésta. (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, el argumento es interesante. O, al menos, tal y como yo lo he entendido, porque leyendo las críticas de filmaffinity me he dado cuenta de que no todo el mundo ha visto la misma película. Y no hablo del desenlace, sino de la trama misma. Y eso, o se es un genio, o es un hándicap.

Como digo, a mí la idea inicial de la que parte el argumento me parece buena. 10.000 NOCHES EN NINGUNA PARTE muestra la vida gris de un joven lastrado desde niño por su absorbente y alcohólica madre, en contraposición con dos oníricas historias que relatan lo que pudo haber llegado a ser la existencia del protagonista, una ambientada en París (con una amiga de la infancia con la que perdió el contacto) y otra en Berlín (con un grupo de jóvenes de vida luminosa y libre). A ello cabe unir un formato visual acorde a esa idea, con una luz distinta para cada relato. El reparto, para mí, está colosal. Todos los actores se muestran verosímiles en lo enigmático o descarnado de sus personajes, según convenga.

Sin embargo, parece que hay un extraño interés en confundir y despistar al espectador. Como ya he dicho, quizá no todo el mundo haya entendido el argumento del mismo modo que yo. Y no me extraña. La película está llena de momentos que pueden dar “pistas falsas” (o verdaderas, según se mire). Incluso las historias de París y Berlín evolucionan de una manera enigmática y ambigua. Los esquemas que cada espectador se haya podido hacer para “entender” la historia pueden saltar por los aires.

Con independencia de ello (que por sí mismo no tendría que ser ni bueno ni malo), el problema quizá sea que la película se pierde en su propia ambición. Con tanta solemnidad, me ha llegado a aburrir. En sus ganas de deslumbrar, algunos recursos visuales son bastante desafortunados, y dan al film un aire de artificio y pretenciosidad (en especial, los continuos desenfoques). El montaje en paralelo, con la falta de continuidad y el diferente tono de las historias, no enriquece el conjunto, sino que más bien proporciona una sensación de caos. Al final, no sé si tengo claro qué es lo que Salazar quería transmitir, o hacerme sentir. Es obvio que el film contiene grandes momentos desde el punto de vista narrativo, y muestra sin tapujos todo un abanico de sentimientos. Sin embargo, la falta de una estructura interna (lógica o no) hace que todo se antoje incoherente, de modo que la tensión o las emociones no llegan al espectador. Al menos, no a mí.
rober
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