Santiago Segura era un personaje que al principio, hace años, me caía bien. Tenía ese aire de desgreñado graciosete que dio un actor normalito tirando a malo, pero con cierta gracejo que resultaba simpático. En su papel del Día de la Bestia me encantó. Torrente 1 y la 2, aunque son lo que son, al menos te ríes y pasas un buena rato.
Luego llegó la fama y empezó a parecerme un tanto falso y sobreactuado en cualquier aparición televisiva. Creo que el personaje se comió a la persona y acabó por caerme mal.

Torrente 5 es la culminación de una saga que empezó bien, le siguió una secuela aceptable pero desde ahí hasta la 5 empezó a delirar en un producto caduco, vulgar y sin sentido. Ésta última, con mas presupuesto, con un actor americano conocido y con mejores efectos especiales no hay por donde cogerla. Sin gracia, de gag en gag, vulgar hasta decir basta (en este país seguimos pensando que siendo vulgar se es gracioso, a modo Los Morancos de los '90). Los cameos los odio: toda la caspa de famosetes españoles metidos con calzador con frases ridículas... Arrggg.

En fin, truño infumable de cabo a rabo. Ni para pasar el rato. Hasta el propio Segura parece que hace una parodia de su propio personaje. Es horrible.

Creo que la mejor noticia es que aquí se termina este engendro de saga.

Hasta nunca.