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España España · Barcelona
Voto de reporter:
8
Bélico. Acción. Comedia Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la Francia ocupada por los alemanes, Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent) presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz). Después de huir a París, adopta una nueva identidad como propietaria de un cine. En otro lugar de Europa, el teniente Aldo Raine (Brad Pitt) adiestra a un grupo de soldados judíos ("The Basterds") para atacar objetivos concretos. Los ... [+]
17 de septiembre de 2009
69 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién dijo rigor histórico? Tarantino desde luego no. Y es una suerte, ya que todo lo que sale de la cabeza del enfant terrible por excelencia del cine americano, acostumbra a ser mucho más divertido que la realidad. Y en esto se apoya ‘Malditos bastardos’, en aquel principio universal que nos dice que “drama más tiempo es igual a comedia”. Pero como a estas alturas ya todos conocemos las tendencias de este inclasificable director, es de esperar que no sólo las risas se adueñen de la cinta. Como no podía ser do otra manera, la mezcla de géneros es casi el motivo de existir de sus productos, y éste no es la excepción. En efecto, esta auténtica cafrada bélica hace reír, crispa los nervios -en el buen sentido- y hasta se permite el lujo de aburrir en algún que otro tramo.

Recuerdo que cuando llegó a nuestras salas el castrado proyecto Grindhouse se planteó la siguiente pregunta: ¿Opinaría lo mismo de ‘Death Proof’ si no la hubiera firmado Tarantino? Una cuestión absurda a mi entender, ya que sin él, la película hubiera sido radicalmente diferente... o ni siquiera hubiera llegado nunca a hacerse. Quentin es Quentin. Suena absurdo, pero en realidad es uno de los mayores cumplidos a los que puede aspirar cualquiera que pertenezca al selecto grupo de directores que realizan cine de autor. En una cafetería de Los Angeles, en un centro comercial o en un abarrotado local de la capital del país del sol naciente... poco importa la localización, ni las circunstancias que rodean a la historia, pues su estilo es siempre palpable. Incluso en una casa rural francesa en el año 1941.

Ahí es donde arranca magistralmente ‘Malditos bastardos’. La manera en que aparecen los personajes, y la banda sonora de Ennio Morricone nos remiten al mejor western, un género que -sorpresa- le sienta de maravilla a este convulso periodo histórico. Con la aparición en escena del coronel Hans Landa se hace el silencio absoluto. Christoph Waltz justifica en cada mueca, en cada frase que pronuncia el por qué de su premio al mejor actor recibido en la última edición del Festival de Cine de Cannes. Este risueño y políglota “caza-judíos” es capaz de provocar la carcajada y helar la sangre al respetable siempre que se lo propone. Gracias a él y a la cada vez más sabia planificación de Tarantino (excelente su capacidad para crear tensión de la nada), el primer capítulo de esta brutal venganza se descubre como una pequeña porción de cine con letras mayúsculas... lista para ser devorada -y estudiada- una y otra vez.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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