Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de reporter:
9
Fantástico Hollywood, años veinte. Tras una desafortunada caída, un especialista en secuencias de acción es ingresado en un hospital. Allí conoce a Alexandria, una niña con un brazo roto a la que hace una promesa: si ella le consigue morfina, él le contará una historia maravillosa. El relato se extiende a todos los rincones del mundo. Remake de la película búlgara "Yo Ho Ho" (1981) de Zako Heskija. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2008
82 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarsem Singh es una personalidad admirada en el mundo de la música por ser el director de video-clips tan famosos como el de ‘Loosing my religion’ de los archiconocidos R.E.M. No consiguió por contra ganarse tantas amistades en el séptimo arte. Con ‘La Celda’ fue acribillado tanto por el público como por la crítica. Y parte de razón tenían pues el filme acababa convirtiéndose en un producto hueco hecho para mayor gloria de la odiosa Jennifer Lopez. No obstante, a un servidor le gustaría rescatar de ella las valiosísimas escenas oníricas (desconcertantes, terroríficas y a la vez preciosas) que con tanto esmero construyó el cineasta indio y que sin duda demostraban que allí había madera de gran creador.

Con el estrepitoso fracaso -llamémosle mejor “caída”- de su primera aventura cinematográfica, muchos ya daban por enterrado al bueno de Tarsem. Pero el verdadero talento nunca muere. Con la ayuda del gran David Fincher y el no menos interesante Spike Jonze (importante, los primeros pasos artísticos de los dos fueron también en el renio de los video-clips), se puso manos a la obra para hacer una libre adaptación de la película búlgara ‘Yo Ho Ho’. ¿Un simple remake? No. Un trabajo colosal con vida propia que le costó para completar ni más ni menos que cuatro años y que le llevó a viajar por todo el mundo, a lo largo de más de veinticinco países.

Viendo los anteriores trabajos del Sr. Singh era de esperar un buen trato de la imagen, pero lo cierto es que ‘The Fall’ supera de largo las expectativas más optimistas. Un boquiabierto Roger Ebert la definió como “una extravagante orgía visual”, pero es que ni así nos podríamos hacer una mínima idea de la magnitud sensorial que alcanza la película. Con ella se hace bueno el refrán de que más vale una imagen que mil palabras. Porque podría pasarme horas tratando de describir la escena del elefante nadando por el océano, o la del emisario de Alejandro Magno cabalgando entre interminables dunas de arena rojiza, o la de la presentación de la ciudad azul de Jodhpur. No serviría de nada. Hay que verla para que dejar que estas imágenes puras, exentas de cualquier trucaje digital atraviesen nuestras retinas para instalarse por siempre jamás en nuestra memoria.

Lo único preocupante de ‘The Fall’ es que tanta belleza impida la entrada de sus múltiples reflexiones. Hay ya quien ha considerado que el impresionante poder visual se convierte en un arma de doble filo que acaba devorando cualquier indicio de contenido en la historia. Error fatal. Si algo ha demostrado por encima de todo Tarsem, es haber aprendido de sus errores. Y es que, este “sueño de Alexandria” está inundado no sólo de colores, sino también de un potente mensaje meta-cinematográfico. Con el fantástico epílogo se destapan las verdaderas intenciones del genio Singh y todos los cabos sueltos acaban cobrando sentido. ‘The Fall’ es ante todo un homenaje al cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow