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España España · Barcelona
Voto de reporter:
5
Comedia Año 2018. Torrente sale de la cárcel, y se encuentra aturdido ante una España convulsa y dividida. Debe encontrar respuestas en su interior para despejar su confusión, y por ello decide convertirse en un "fuera de la ley". Así que se propone atracar un casino con una banda de incompetentes. A través de un contacto de su estancia en prisión, localiza a John Marshall, la persona que se ocupó de supervisar la seguridad cuando se planificó ... [+]
14 de octubre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la sala de proyecciones más moderna de todo el Estado (o esto es lo que nos han vendido), parece que no quepa ni una aguja. Lleno casi histórico... y todos los asistentes han acudido a la cita sin pasar por taquilla. ¡Qué despilfarro! Es un pase de prensa, pero no uno cualquiera. Se trata de la presentación oficial de la nueva entrega de la saga española más longeva de tan distinguida industria. Por supuesto, una de las más lucrativas. La prensa cinematográfica, que es una familia pequeña y que por norma general (como sucede en cualquier otro hogar), se lleva a parir, está algo desconcertada. De un día para otro ha visto como sus filas se incrementaban sobremanera. Como si de una fiesta acuática de gremlins se tratara. Tensión en el ambiente: la aparición de nuevos miembros en este sector es vista como lo que realmente es, un paso más en la canibalización de un sector no demasiado amigo de los principios laborales (y de dignidad) más básicos.

¿Más competencia? Parece que sí... pero no. Entre los miembros acreditados, muchos representantes de la prensa más estrictamente política. Qualité. ¿Y eso? Básicamente porque estamos en Catalunya, ese sitio extraño, dentro de otro sitio aún más extraño, y cuyo futuro es más impredecible que la marcha de la economía de las grandes (es un decir) potencias europeas. Al clima de incertidumbre generalizada, el principal responsable de la cita en la que ahora mismo nos encontramos, le ha añadido un poquito más de picante. Resulta que su última película (que digámoslo ya, es 'Torrente V: Operación Eurovegas') está ambientada en un futuro no demasiado lejano (en 2018, para ser más exactos). En él, España ha salido de la Unión Europea, ha vuelto a la peseta... y por el camino ha perdido a Catalunya, la cual celebra muy alegremente su tan perseguida i-inde-independenci-a. Pum.

Termina el pase, y sale al ruedo, como el torero que es, Santiago y Segura, amo y señor indiscutible del circo en el que nos encontramos. La pregunta no se hace esperar: "¿Pero ud. qué opina sobre el proceso soberanista catalán?" Alerta spoiler: el asunto se salda como casi siempre con Segura, es decir, con un puñado de risas cargadas de complicidad... y con la sensación de que ni por asomo se nos ha dado la respuesta deseada (principalmente, porque no ha llegado respuesta alguna). A lo mejor el cine nos arrebató un político cojonudo... y quizás el actual rey de la hispano-caspa fílmica es mucho más consciente que el mismísimo Presidente de España (el "plasmas", sí), de en lo que está derivando la que seguramente sea una de las realidades plurinacionales peor llevadas de la historia de la humanidad. En fin...

... que si no obtuvimos ninguna contestación válida fue porque en aquel momento; en aquel lugar, las tensiones Catalunya / España eran lo de menos. Por supuesto. Faltaría más. Y ni falta tendría que hacer recordar que entre los objetivos principales de nuestro querido José Luis Torrente nunca estuvo el de resolver los inescrutables (y desesperantes) enigmas socio-políticos de nuestro querido país... sino más bien revolcarse en ellos. Como lo hacen los cerdos en su propios excrementos. No lo olvidemos, vivimos en una de los países más pedorros (en todas las connotaciones posibles de tan glorioso término) que el ser humano, en su infinita pedorrez, haya concebido jamás.

Y en esas seguimos: en los pechos que quieren saltar del sostén, en las pajillas nocturnas para matar el rato y, por supuesto, en las ventosidades, que tampoco lo olvidemos, siguen siendo, con casi total seguridad, el gag más infaliblemente universal. Y es que no importa el que Segura use su personaje más logrado para saciar sus caprichos cinéfilos (en la segunda entrega la cosa iba de parodiar las películas de James Bond; en la primera, se trataba de modernizar, a la -muy- española, los postulados del neorrealismo italiano... como lo leen), mucho menos el que para su quinta parte, la saga Torrente haya terminado en el punto que desde el principio marcaba la lógica de su naturaleza (esto es, convertirse en "nuestra" respuesta al cine de amiguetes made in Hollywood, cuya máxima representación actual es obviamente la de la renovada "Cuadrilla de los 11", en cristiano 'Ocean's 11'). El referente, sigue siendo el mismo.

En este sentido, entrar en calificativos que definan 'Torrente 5' sería meterse en una espiral de repeticiones que más que llevarnos a la primera entrega, apuntaría más bien a las cintas de Estesio y Pajares... incluso al del cine de la madre que los parió. Es en esta extenuante reiteración del humor escatológico y políticamente incorrecto que se encuentra el verdadero logro, no del filme, sino de una saga que, involuntariamente o no, nos habla de ese país roñoso (el de Cañita Brava, el de Leonardo Dantés, el de...) que envejece, y que lo hace fatal... pero que por algún misterio de la naturaleza, no muere. Y descanse en paz Tony Leblanc, quien por cierto es como siguiera vivito y coleando. El resto lo explica la primera e híper-ilustrativa intervención de Santiago Segura en aquella rueda de prensa posterior a aquel abarrotadísimo pase.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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