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Voto de reporter:
3
4,7
7.703
Ciencia ficción. Acción. Thriller. Drama
Gran Bretaña, 2007. El letal virus "Reaper" ha aniquilado a cientos de miles de personas. El gobierno británico decide evacuar a los supervivientes sanos y rodear con una muralla el área afectada para evitar la huida de los infectados. Cuando, treinta años después, el virus reaparece, el gobierno envía a la zona un equipo de especialistas de élite, dirigido por el Mayor Eden Sinclair, con la misión de obtener una vacuna a cualquier ... [+]
22 de julio de 2008
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo después de ver ‘Doomsday’ me he dado cuenta del peligro que a veces puede suponer para un director semi-debutante una buena acogida por parte de la crítica hacia una de sus obras. Me estoy refiriendo a su anterior película: ‘The Descent’, un recomendable relato de terror que basa su efectividad en la dureza, y sobretodo en una sinceridad fomentada en una evidente falta de pretensiones. Esta buena acogida tanto de público como de crítica acabaron por inflar quizás demasiado la impresión general que se debería haber tenido del filme. Y lo que es peor, creo que inflaron -peyorativamente hablando- también el cerebro de Neil Marshall.
En efecto, ‘Doomsday: El día del juicio’ -enésima revisión británica del Apocalipsis vírico- hace méritos para convertirse en la película más estúpida del año, aunque nadie lo diría viendo solamente el prólogo. Danny Boyle con su ’28 días después’ se sumergió magistralmente en el lado más oscuro del ser humano. Juan Carlos Fresnadillo en cambio decidió decantarse por un discurso más político -pero igual de pesimista-, y la jugada volvió a salir redonda. Por su parte, Marshall ha intentado seguir los pasos del director español, pero salta a la vista que se ha perdido por el camino.
Los primeros minutos, en los que se explica el origen de la epidemia son realmente prometedores. La escena en que el ejército se enfrenta a los ciudadanos escoceses desesperados por salir de la ratonera en la que se ha transformado su país, aparte de estar muy bien rodada, hace gala de una crueldad apabullante. Durante unos minutos parece que Marshall va a volver a dejar el listón muy alto dentro del género. En absoluto. Cuando la acción se traslada al futuro, ello implica ni más ni menos que un viaje sin billete de vuelta hacia el paraíso de la idiotez.
A partir de este momento todo el engranaje empieza a caer por el propio peso de las desmesuradas pretensiones del director inglés y todas las piezas chirrían de lo lindo. Los actores, encabezados por la bella pero desesperadamente inexpresiva Rhona Mitra, no hacen el mínimo esfuerzo por creerse sus delirantes personajes. Para no ser menos, el guión acaba convirtiéndose en una infumable orgía cinematográfica. Es lo que pasa cuando se intenta homenajear sin sentido alguno a tantos filmes, teniendo la osadía de compararse por ejemplo a títulos en esencia tan dispares como ‘Mad Max’ o ‘Bullit’.
En efecto, ‘Doomsday: El día del juicio’ -enésima revisión británica del Apocalipsis vírico- hace méritos para convertirse en la película más estúpida del año, aunque nadie lo diría viendo solamente el prólogo. Danny Boyle con su ’28 días después’ se sumergió magistralmente en el lado más oscuro del ser humano. Juan Carlos Fresnadillo en cambio decidió decantarse por un discurso más político -pero igual de pesimista-, y la jugada volvió a salir redonda. Por su parte, Marshall ha intentado seguir los pasos del director español, pero salta a la vista que se ha perdido por el camino.
Los primeros minutos, en los que se explica el origen de la epidemia son realmente prometedores. La escena en que el ejército se enfrenta a los ciudadanos escoceses desesperados por salir de la ratonera en la que se ha transformado su país, aparte de estar muy bien rodada, hace gala de una crueldad apabullante. Durante unos minutos parece que Marshall va a volver a dejar el listón muy alto dentro del género. En absoluto. Cuando la acción se traslada al futuro, ello implica ni más ni menos que un viaje sin billete de vuelta hacia el paraíso de la idiotez.
A partir de este momento todo el engranaje empieza a caer por el propio peso de las desmesuradas pretensiones del director inglés y todas las piezas chirrían de lo lindo. Los actores, encabezados por la bella pero desesperadamente inexpresiva Rhona Mitra, no hacen el mínimo esfuerzo por creerse sus delirantes personajes. Para no ser menos, el guión acaba convirtiéndose en una infumable orgía cinematográfica. Es lo que pasa cuando se intenta homenajear sin sentido alguno a tantos filmes, teniendo la osadía de compararse por ejemplo a títulos en esencia tan dispares como ‘Mad Max’ o ‘Bullit’.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El derrumbe definitivo llega en la última media hora, en la que mi buena voluntad me obliga a pensar que en realidad Neil Marshall se está cachondeando del respetable. Sobretodo mucha atención a todo lo que sucede en el castillo del Dr. Kane (interpretado por Malcolm McDowell, a quien le ruego se retire de la vida de actor antes de que olvide que hubo un día en que Kubrick confió en él). No hay mejor manera para definir los sucesos que comparándolos al resultado de un improvisado collage hecho a partir de las escenas desechadas de la gran comedia de los Monty Python ‘Los caballeros de la mesa cuadrada’. Resumiendo, un cóctel imbebible que se traduce en un duro golpe a la credibilidad de un director que nos prometió mucho más de lo que -de momento- nos ha dado.