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España España · Barcelona
Voto de reporter:
6
Drama. Ciencia ficción Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuidado con Dinamarca, pero sobre todo cuidado con los habitantes de ese pequeño país nórdico. Lo que hacen la mayoría de seres humanos cuando tienen un mal día, es desfogarse con trivialidades -más o menos agresivas- que deben servir de válvula de escape. Cualquier tontería vale para dicho propósito: patear la primera farola con la que nos crucemos cuando vayamos por la calle, despotricar de algún famoso, ver un partido de nuestro deporte favorito, coger un mando de videoconsola hasta que los pulgares se queden planos, etc. Lo que hace un danés cuando está deprimido, es volcarse en cuerpo y alma en el mundo del arte. Novelas, obras de teatro, películas... todas las respuestas son correctas, mientras al receptor de dichas obras le entren unas ganas irreprimibles de cortarse las venas. Subamos ahora un peldaño, y asegúrense de que los niños no miren. Cuando Lars Von Trier se siente alicaído, concibe 'Anticristo'... y el público le recomienda el ingreso inmediato a un manicomio.

¿Y cuando está melancólico? Hace 'Melancolía'. Elemental. Dice la Real Academia Española de dicho término que es una "Tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada." El típico estado anímico que experimenta Lars cada vez que toca reunirse con la familia. Hay degenerados que siguen pensando que encontrarse con los seres queridos (a razón de una boda, por ejemplo) es motivo de alegría. Pero en realidad, cada ser humano es un saco de egoísmo y malas intenciones, y hará todo lo posible para amargar la existencia a los que estén a su lado. No hay 'Celebración' posible, solo hay un caldo de cultivo putrefacto, del que no puede salir nada bueno. Primer ingrediente.

Lo que casi nadie sabe es que el concepto que da título a la película se atribuye también a un inmenso planeta azul, que atraviesa a toda velocidad el Sistema Solar... y que amenaza con colisionar contra la Tierra. El apocalipsis. Segundo ingrediente. Ya está todo listo para, tal y como la ha definido el propio director y guionista, "Una preciosa película sobre el fin del mundo." Lo nunca visto hasta la fecha en el cine de Von Trier ha conseguido un discreto aplauso en su presentación en sociedad en Cannes... y a un servidor le provocó algo que ninguna otra película de este genial autor había conseguido: frialdad absoluta. A ritmo de Tristán e Isolda, arranca esta ultra-pretenciosa y grandilocuente obra. Lo hace con un compendio de imágenes de brutal poder visual, que por estética y por temática (la relación del hombre con la naturaleza, la fantasía, la muerte...) bien podría ser una exposición de las one-frame-movies del fotógrafo Gregory Crewdson.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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