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Voto de Enrique Castaños:
10
Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
9 de noviembre de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a hacer aquí consideraciones de carácter estético, metafísico y religioso, que son las que de verdad me interesan, acerca de esta imponderable obra maestra del cine occidental. Sólo las haré, muy breves, de carácter histórico. No se trata de señalar inexactitudes históricas en el guión, pues además de irrelevantes, el propósito de Bergman era refundir determinados episodios medievales, a fin de que el espectador se forme un juicio sobre el problema religioso-metafísico de la película. Lo logra con creces, pues todo es perfectamente verosímil, aunque altere la secuencia cronológica de tales episodios. Esa alteración es, en realidad, insignificante y despreciable en relación al propósito del director, y Bergman no sólo era muy consciente de ella, sino que no pretende engañar al espectador, sólo mostrarle un contexto histórico razonable y, como he dicho, verosímil.

Pero conviene precisar la alteración o alteraciones que hace. Sólo me referiré a tres episodios históricos: las Cruzadas, las procesiones de flagelantes y la Peste Negra. Los tres no se dieron nunca simultáneamente en el tiempo, salvo con una excepción: el brote de peste que hubo en Italia en 1259. Pero la acción transcurre en un pueblo de Suecia. Esto significa que la fecha en la que acaece la acción es 1349, es decir, el segundo año de la epidemia de Peste Negra, citada expresamente. Pero si esto es así, encaja el movimiento flagelante; lo que no encaja históricamente es la Cruzada. La última expedición contra los infieles tuvo lugar en 1309, cuando el papa Clemente V envió a un nutrido grupo de caballeros hospitalarios (Orden de Malta) a Rodas, a luchar contra los turcos. Pero ese año no hubo Peste Negra en Occidente, aunque sí hambre en Picardía, Países Bajos y el bajo Rhin. El último intento de Cruzada fue el de Felipe V de Francia en 1320, que fue un fracaso, pues no se llevó a efecto debido a la desautorización del papa Juan XXII. Pero no importa ni daña para nada el rigor de la cinta, pues el espíritu de Cruzada hacia Tierra Santa aún rondaba en el ambiente, si bien ya muy diluido.

El dato de la Peste Negra sí es muy exacto; incluso podemos situar la acción en las semanas anteriores al 1 de noviembre de 1349, festividad de Todos los Santos. Esta epidemia llegó a Escandinavia, aunque ya muy mermada. Asimismo, la terrible plaga desencadenó el mayor movimiento flagelante conocido, sobre todo en Alemania. El origen de este movimiento está en los monasterios italianos de Camaldoli (en la Toscana) y Fonte Avellana (en Las Marcas), donde por vez primera algunos monjes practicaron la autoflagelación en el decenio inaugural del siglo XIII. Las primeras procesiones de flagelantes tuvieron lugar en Italia, en Perugia, en noviembre de 1260. En 1261-62 se extendieron al sur de Alemania y al Rhin. Sabemos que procesiones de flagelantes pudo haberlas en Suecia por la bula del papa Clemente VI prohibiéndolas, bula que se remitió a diferentes arzobispados, entre ellos a alguno de Suecia. Ya para entonces las procesiones de flagelantes habían acentuado su carácter escatológico, milenarista e incluso revolucionario, aunque la película las ofrece más bien como se desarrollaron en 1260-1262.

Enrique Castaños
Enrique Castaños
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