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España España · Madrid
Voto de pathe:
9
7,0
1.047
Documental Documental ambientado en Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial. Analiza el espíritu del nuevo socialismo de la postguerra (1945-1951), que fue desmantelado a partir de 1979 por los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2013
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me han invitado al preestreno de El espíritu del 45 en el auditorio de CCOO de Madrid. Mañana se estrena al mismo tiempo en toda Europa. Ken Loach aparentemente nos cuenta una historia lineal, pero lo que nos describe es un círculo.

La película comienza contándonos un final: las consecuencias de dos guerras devastadoras, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y el periodo de entre guerras. Las consecuencias de una avaricia sin límite, de una falta de solidaridad hacia los más necesitados, hacia los desempleados, la miseria del hambre, la falta de salud y unas condiciones sanitarias deleznables. Cómo la función médica busca ante todo su lucro en manos privadas. Cómo se puede considerar al ser humano una propiedad, un medio para enriquecerse. Los más jóvenes tienden, incluso la gente de mi generación, a pensar que Europa siempre fue rica, que la miseria solo es atributo de los países del tercer mundo.

Y cómo de ese desastre surge un espíritu solidario, el espíritu del 45. Sin duda un espíritu mediatizado por cómo se habían corregido esos excesos de avaricia en los países del este europeo, las revoluciones comunistas. Pero, en definitiva, un espíritu solidario construido desde la democracia, respetando las libertades pero atendiendo al bien público y a las eficiencias (sí, digo eficiencias) de un sistema nacional, estatal y público, para cubrir ciertos servicios comunitarios, resolviendo necesidades, no buscando beneficios.

Magnífica película que nos recuerda nuestro pasado, y nos señala dónde estamos, dónde estamos volviendo. Una película que cierra un círculo que se empeñan en hacernos volver a vivir unos desaprensivos.

Porque quien no recuerda su pasado está condenado a repetirlo. El dicho no es exactamente así, pero es que no basta sólo con conocer las cosas, hay que recordarlas. Quizá así podamos romper el círculo.
pathe
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