Después de dirigir las tres últimas películas de Halloween, David Gordon Green se atreve con esta secuela de la película de Friedkin "El exorcista". Siendo una mezcla de ideas interesantes, y jugando claramente con la nostalgia, al aparecer Ellen Burstyn y la icónica música de Mike Olfield "Tubullar bells" sin ser del todo fallida, no siempre se convierten esas ideas en algo satisfactorio.

Victor ha cuidado solo a su hija Ángela desde la trágica muerte de su esposa al dar a luz tras una grave complicación. La niña junto a otra amiga se adentran en un bosque para jugar, desaparecen durante tres días, al volver no recuerdan nada de lo ocurrido, pero rápidamente comienzan a demostrar síntomas de que algo no va bien...

Burstyn vuelve a repetir el papel de Chris MacNeil, la actriz madre de Regan (la niña poseída de la original) ahora la piden ayuda de asesoramiento para los padres de las dos niñas que han sido poseídas nuevamente por el maligno.  Para realizar el exorcismo no solo lo practica un cura católico, sino varias personas de diferentes creencias religiosas.  Se intentará todo, para que las dos niñas se mejoren, ya que su estado físico está deteriorándose rápidamente.   

Efectos especiales y maquillaje bastante conseguidos, así como una puesta en escena bastante creíble, hacen que la película se vea con bastante interés, tampoco intenta hacerle sombra al original, pero tiene suficientes momentos macabros para interesar a los fans de esta saga que podría iniciar una franquicia.
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