Una propuesta bastante original e intrigante en la que un joven adolescente comienza a sospechar de que su padre pudo tener algo que ver con unos asesinatos en serie ocurridos hace diez años.

Protagonizada por el joven Charlie Plummer como Tyler, un hijo que idolatra a su padre por ser una buena persona dentro de la comunidad, pero que tras ver unas fotos extrañas comienza a ver que igual las cosas no son como lo que parecen ser.  Su padre, el presunto asesino es un Dylan McDermott casi irreconocible un sospechoso perfecto para la película y Madisen Beaty, es una jovencita solitaria de su escuela que ayuda a Tyler en la investigación. Su presencia la convierte en la parte más interesante, ya que resulta más imparcial a la hora de valorar las evidencias.

Con una narrativa bastante inteligente el guionista Christopher Paul Ford y el director Dunkan Skiles nos ofrecen dos puntos de vista en la que nos hacen retroceder en el tiempo y volver a contar lo que está ocurriendo en ese momento, pero con otros protagonistas de la historia, algo que nos deparara muchas sorpresas y hará que el interés no decaiga.

Sin falta de ritmo, la película se deja ver muy bien al plantear este drama familiar como un thriller psicológico de investigación, sin caer en los tópicos violentos de las películas de asesinos en serie. 
Destino Arrakis.com