Alentadora e inspiradora como corresponde a este tipo de films, donde la perseverancia y el tesón consiguen lo que más deseas en la vida.

La película comienza con la joven Michelle, vive con diez hermanos en una granja de Australia, criados por el padre viudo Paddy (Sam Neil). Se dedican a la cría de caballos de carrera, así como a competir en campeonatos. Una familia muy unida y religiosa. Michelle quiere seguir la tradición familiar y ganar la prestigiosa carrera de Melburne, donde nunca ha ganado una mujer...

Menos exigente pero igual de agradable película familiar que podría confundirse con una película de la factoría Disney. Dirige la actriz Rachel Griffiths siendo su opera prima.

Teresa Palmer está fantástica como la jinete que con 35 años que tiene, da el pego como una jovencita de 20. Sam Neill como su padre bastante serio e impasible está correcto. Por lo menos 5 o 6 hermanos miembros de la familia verdadera aparecen también en la película, incluido el hermano pequeño Stevie con síndrome de down, un papel muy tierno.

El tono de la película es bueno sin caer en el sentimentalismo barato, tampoco acentúan mucho ningún problema familiar, a pesar de la muerte de una de las hermanas, sino que todo es bastante clásico y con buen rollo para que guste familiarmente. Perfectamente hubiera sido un buen documental ya que esto ocurrió en 2015 y hay bastante material filmado de la época.
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