Tengo que decir que salí del cine bastante conmovido y con la carne de gallina, puede ser que este biopic haya pasado por alto algunas cosas, pero creo que resumir la vida de alguien en dos horas es algo bastante difícil.

La película comienza en 1970 con los inicios de una pequeña banda liderada por Brian May (Gwilym Lee) y Roger Taylor (Ben Hardy) los cuales tocan en bares de poca monta y que acaban de perder a su cantante. Por casualidad se les acerca un joven de origen hindú llamado Farrokh Bulsara extravagante con una boca llena de demasiados dientes, que quiere ser cantante y deciden darle una oportunidad. Al momento todo el mundo quedó asombrado con carisma que irradiaba, ese fue el comienzo... lo demás es historia.

Freddie Mercury está interpretado magistralmente por Rami Malek (Mr. Robot) posiblemente una de las mejores interpretaciones de este año, que no creo que no pasará desapercibida para nominarlo a los Oscars. Un papel muy conseguido es el de su primera novia Mary Austin (Lucy Boynton). También Joseph Mazzello (el niño de Jurassic Park) y el cómico Mike Myers tienen también papeles importantes pero cuesta reconocerlos por las increíbles caracterizaciones.

Todos los problemas que se escucharon del rodaje que terminó con el despido del director Bryan Singer (reemplazado por Dexter Fletcher) no se aprecian en el resultado final. Quedando una película muy intensa centrándose más en sus composiciones y su ascenso a la fama, que en la vida sexual de Freddie y la lenta agonía que sufrió con el Sida.

Tiene una ambientación increíble, una labor de vestuario, fotografía y puesta en escena que te deja sin respiración. Así como unas canciones inolvidables que te trasladan a aquellos años que los que los pudimos vivir los recordamos con gran cariño.
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