En la anterior película de Bayona "El reino caído", dejaban la puerta abierta a que los dinosaurios ya campaban a sus anchas en el planeta, todo un acontecimiento que daba vía libre para idear nuevas aventuras de estos reptiles. Una opción que daba mucho juego; sin embargo, en esta nueva entrega ha primado más ofrecer un espectáculo que idear una buena historia.

Después de la destrucción de la isla Nublar, los dinosaurios vagan por la tierra intentando adaptarse a este nuevo cambio evolutivo inventado por los humanos. En el mercado negro se venden dinosaurios clandestinamente, hay parques infantiles con bebes, existe una empresa (Biosym) dedicada a protegerlos, pero también a experimentar con ellos y crear nuevas mutaciones. Cuando una plaga de langostas gigantes comienza a acabar con las cosechas, las investigaciones apuntan a que dicha empresa realiza estas manipulaciones genéticas para poder vender sus semillas protegidas contra esta nueva amenaza. 

La recuperación de los protagonistas de las primeras entregas, tanto Laura Dern, Jeff Goldblum o Sam Neil, así como guiños a las pelis de Spielberg no surten el efecto nostálgico deseado por culpa de un mal guion. Salvando algunas escenas muy bien ejecutadas, la historia se pierde en continuos disparates y acciones encadenadas para poder darle un ritmo trepidante, algo que agradecerán los más pequeños. Pero al estar todo cogido por los pelos, los mayores nos sentimos que no se lo han tomado demasiado en serio.

El director de Jurassic World (2015 ) Colin Trevorrow dirige esta nueva entrega sin mucha pasión, algo que se nota en muchas escenas. (me quedaría con dos la persecución en Malta muy espectacular y la de Bryce Dallas Howard sumergiéndose en el agua para escapar de un tiranosaurio con gran tensión).

Estamos ante un buen blockbuster veraniego que los fans de la saga acudirán al cine sin ninguna duda, a la salida habrá que ver si la experiencia ha sido satisfactoria o no.
Destino Arrakis.com