Despues del exito que tuvo en su primer film "Sami Blood" en varios Festivales en 2016, la directora sueca afincada en Dinamarca Amanda Kernell, se traslada a Tenerife para rodar este thriller de una situación difícil familiar tras un divorcio con dos hijos por medio.

Alice recibe una llamada telefónica de su hijo pequeño Vincent muy angustiado pidiéndole ayuda. El matrimonio está  en medio de un divorcio peliagudo, parece que Alice tiene las de perder por abandonar a sus hijos y marcharse con otro hombre.  Su ex esposo Mattias resentido se niega en rotundo a que sus hijos vean a su madre hasta la resolución judicial de la custodia. Desesperada por ayudar a sus hijos porque piensa que están en peligro huye con ellos a las Islas Canarias...

La película deja que el espectador vaya viendo la realidad de la situación poco a poco, dejando que puedas tener su opinión de quien de los dos tiene la razón y porque actúan de esa manera, ya que los niños se encuentran en medio y no tienen culpa ninguna. Una cruda realidad que desafortunadamente ocurre cada día en matrimonios separados.

Tiene momentos que resultan algo incómodos, ya que vemos a la madre con un comportamiento errático y que actúa a la desesperada saltándose las leyes. Un buen papel para Ane Dahl Torp (La ola, Terremoto). El que no tiene mucho protagonismo y está algo desaprovechado es Sverrir Gudnason (Borg McEnroe, Millenium) y en un breve papel aparece Eva Melander, la inolvidable Tina de "Border" que sin el maquillaje resulta irreconocible.

Una buena película para reflexionar sobre algo muy común hoy en día.
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