"Érase una vez... la vida" es una de las series más famosas de nuestra infancia, en la que a través de entrañables personajes se aprende perfectamente el funcionamiento del cuerpo humano.
Recuerdo como en el colegio nos la ponían para poder comprender más fácilmente esas clases de ciencias naturales que a veces se atragantaban. Años después, las nuevas generaciones siguen viéndola para que fácilmente aprendan y sepan que es lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo.
Es una serie francesa, pero que cuenta con la colaboración de numerosos países europeos, y ha sido televisada por todo el mundo. Su enorme éxito radica en la calidad y en la originalidad que tuvo de enseñar a través de la televisión, para que así lo niños pudieran estudiar a través de ella mientras se divierten.
Años después he querido verla para recordar a esos personajes tan entrañables que tenía en mi mente. Nuevamente la he vuelto a disfrutar, y me ha traído muchos recuerdos. Además, he vuelto a aprender cosas, la cuales con el paso del tiempo se van olvidando.
Es una serie que entretiene, y que pienso que todo el mundo debería ver alguna vez. Y aunque algunos capítulos se alarguen un poco, no decepciona para nada y resulta muy amena. Incluso viéndola años después sin la mirada de un niño, se comprueba que sigue siendo muy interesante.
En fin, "Érase una vez... la vida" es una serie que divierte y con la que se aprende. Así que no se puede pedir mucho más para que un niño vea. Mientras ve la tele y se entretiene con los dibujos animados, se va aprendiendo sobre el funcionamiento del cuerpo humano. ¿Qué es lo que pasa en nuestro interior? Entrañables personajes nos lo cuentan de modo sencillo y ameno, para que así comprendamos la complejidad del cuerpo humano y su evolución con el paso de los años.