Ken Loach vuelve a ponerse al mando de una historia que lucha por la libertad de un pueblo. En este caso por un pueblo que le vio nacer a él como director: Irlanda.
Nos situamos a principio del siglo XX cuando Irlanda está luchando por lograr su independencia, y lo logra a través de unas elecciones. Lo que ocurre es que siguen estando bajo el poder militar de su isla vecina; y eso es una cosa por la que sus habitantes no van a pasar.
Es el propio pueblo el que se subleva y poco a poco se van haciendo con armas e intentan imponer sus tradiciones, su lengua y luchar por lo que con todo derecho han ganado en unas elecciones legales. Nos encontramos ante el nacimiento del IRA.
Los protagonistas arriesgan su vida cada día para que su pueblo tenga un futuro mucho mejor. Pero la lucha es dura, y los ataques son constantes, provocando diversos muertos tanto en un bando como en otro.
La película resulta interesante, pero debo reconocer que no es de lo más brillante de este director. No obstante la película me gustó y sinceramente uno descubre el comienzo de una de las páginas tristes de la Gran Bretaña; su terrorismo.
Por otro lado también llama la atención descubrir que cuando los irlandeses empiezan a ganar al "enemigo", resulta que aparecen nuevos enemigos entre sus propios camaradas. Por lo que se llega a la conclusión de que el terrorismo nunca es el mejor camino para solucionar un problema, porque cuando dicho problema se soluciona rápidamente se buscan nuevos enemigos por los que luchar.
En fin, una película que narra un momento histórico que duró décadas, y que ha costado a lo largo de la historia miles de vidas, y que aun hoy en día se encuentra muy presente.