Mucha gente me había hablado muy bien de esta película y de lo que emocionaba su historia. Pero la verdad es que he tardado en verla ya que el tema del alzheimer a mí me produce bastante temor. El miedo a olvidar todo poco a poco sin tener la posibilidad de recuperarlo, es un tema complicado.
Reconozco que la película emociona y te hace reír. Su historia tiene momentos cargados de fuerte dramatismo cuando ese abuelo va día a día olvidando trozos de su vida, y personas de su pasado. Pero también hay espacio para la sonrisa, ya que el protagonista disfruta con sus compañeros de residencia (que ahora son una nueva familia) para así poder hacer su día a día un poco más agradable, y también para intentar recuperar un poco esa juventud ya muy alejada, y casi olvidada.
Manuel Alexandre está soberbio en su papel. Él da vida a ese abuelo que de repente se ve en una residencia porque su cabeza ya no funciona con total normalidad. Interpreta de manera magistral al hombre que intenta adaptarse a la nueva situación que le toca vivir; y que sin lugar a dudas es por su bien.
Junto a él, Cristina Brondo dando vida a esa nieta que adora a su abuelo y que se le parte el alma de verlo en una residencia. Ella sabe que lo atienden bien y que es el mejor lugar donde puede estar, pero necesita tenerlo a su lado y sentirlo. Es su abuelo, y no quiere desperdiciar ni un minuto sin él.
También José Luis López Vázquez y Álvaro de Luna dejan su talento en este film. Uno siendo el compañero de residencia del protagonista, y el otro siendo su hijo. Ambos formaran parte importante de la vida de ese hombre, que no sabe muy bien porque le está pasando eso en su cerebro.
Es una película que emociona y te remueve algo por dentro. ¿Porqué el olvido? Ese miedo a no recordar, y ese terror a quedarte tú sin nada más que supuestos desconocidos; es algo que paraliza a cualquiera.
En fin, la película narra de una manera muy sensible el horror del alzheimer. Y una cosa muy de agradecer que tiene, es la imagen que da de las residencias. Normalmente suele ponerse a las residencias como sitios donde se deja a las personas, pero en esta ocasión se les reconoce su gran trabajo para cuidar a personas que necesitan de un apoyo diario las 24 horas.