"Esencia de mujer" es una de las películas más famosas e importantes de la década de los 90, y que años después sigue captando la atención y disfrutándose.
El director Martin Brest nos regala una historia de amistad y de segundas oportunidades, donde la confianza en el ser humano es la única esperaza que nos queda.
Un ex militar ciego y un estudiante de clase humilde que aspira a entrar en Harvard; se unen el fin de semana de acción de gracias. Ambos están en una situación complicada de sus vidas con un futuro no muy deseable; pero ninguno sabe que esos días juntos su relación cambiará sus vidas.
Al Pacino consiguió el Óscar al mejor actor por la interpretación de este ciego cascarrabias que no admite ningún consejo. Su cabreo con el mundo y la gente le lleva a plantearse un fin de semana en Nueva York irrepetible. Su trabajo es impresionante y nos regala a uno de los mejores personajes que ha dado el cine, el cual dice frases que se clavan en uno como proyectiles.
Junto a él, un jovencísimo Chris O'Donnell da vida a ese estudiante que se encuentra en la encrucijada de chivarse o no de unos compañeros, para así poder acceder a Harvard. Sus inquietudes le acompañaran durante su viaje a Nueva York cuidando del militar ciego, el cual le hará que reflexione sobre lo que es mejor para su vida.
Es una película que nos retrata como dos personas totalmente diferentes consiguen un nexo de unión para así encontrar un mejor camino en su futuro. Un futuro lleno de incertidumbres y miedos, pero también de esperanzas y buenos deseos.
En fin, "Esencia de mujer" es un film que sigue encandilando y engancha desde el principio hasta el final. Una película con momentos brillantes como esa preciosa escena del tango "Por una cabeza".