Joel Schumacher dirige esta comedia dramática en la que nos presenta a dos personajes totalmente opuestos y que no se aguantan, pero que por circunstancias de la vida se ven obligados a soportarse con el fin de conseguir un objetivo.
Robert De Niro es el encargado de dar vida a un veterano policía que por un hecho se le ha quedado inmovilizada la parte derecha de su cuerpo. Él intentará por todos los medios conseguir la movilidad y el habla. Para ello solicitará clases de canto a su vecina, una dragqueen a la que no soporta.
Esta dragqueen es interpretada por Philip Seymmour Hoffman. Su personaje es una reinona que solo sueña con cambiarse de sexo, pero su capacidad monetaria no se lo permite. Así que cuando su vecino (al que no puede ver) le viene solicitando clases de canto, no le queda otra que hacer de tripas corazón y aceptar el dinero.
Ambos realizan un trabajo soberbio. Sin lugar a dudas es lo mejor de toda la película ya que dan vida a unos personajes de enorme complejidad, pero su resultado resulta totalmente realista y creíble.
La historia empieza muy bien, pero se va desinflando por momentos, haciendo que la risa que surgía al principio, luego sea bastante imperceptible. Una lástima, ya que tiene una buena base y un buen comienzo, pero no consigue evolucionar como uno se espera.
En fin, película que cuenta con momentos buenos y con dos interpretaciones muy brillantes (ambos actores demuestran el inmenso talento que tienen), pero al final en cierto modo resulta un poco decpcionante ya que el comienzo no consigue mantenerse en el nivel que coge, haciendo que la atención que uno muestra caíga conforme va avanzando la historia.