Brian De Palma dirige este thriller que funciona en muchas cosas, pero tambien falla en otras. Un film que te adentra en un casino, y como un combate de boxeo es la tapadera para realizar un asesinato.
La película comienza muy bien, con ese único plano secuencia de varios minutos de duración sin un solo corte, y donde están involucrados cientos de personas. Un plano que está muy bien coordinado y que sorprende, ya que el mismo cuenta con mucha complejidad.
A partir de ahí, empieza la investigación de un asesinato donde no todo es lo que parece. El combate de boxeo se irá viendo desde diferentes puntos de vista (espectadores, protagonistas, cámaras...) para intentar averiguar quien es el asesino, y sobre todo el motivo del asesinato.
Tengo que decir que lo que más decepciona de todo son las actuaciones. En mi opinión ninguno de ellos está a la altura de la película y de la historia, dando un resultado final de actuaciones sobreactuadas y otras nada creíbles debido a la falta de intensidad. Un trabajo actoral que no convence gracias a un mal trabajo.
Nicolas Cage es un actor que no me convence mucho. Reconozco que tiene algún trabajo puntual que me ha gustado, y que muchas de sus películas también (aunque él no sea un actor que me agrade). En este caso, su trabajo vuelve a ser totalmente sobreactuado y no convece mucho. Su personaje exagerado está fuera de la línea que plantea la trama, y resulta bastante chirriante.
Junto a él, Gary Sinise. Él es un actor que suele gustarme, pero reconozco que aquí no está muy acertado. Aun así es la mejor actuación del film, aunque no convenza. Que es lo que le pasa a Carla Gugino, una joven que sinceramente no me transmitió nada durante toda la trama.
En fin, nos encontramos ante una película que cuenta con una buena trama, un buen montaje y está dirigida muy bien. Sinceramente el final sorprende, y eso también hay que tenerlo en cuenta. Pero el gran problema con el que cuenta, es que los actores no están a la altura y hacen que el film no sea tan brillante como debiera.