Ang Lee nos presenta un cuento sobre el valor de la amistad y la confianza que uno debe depositar sobre los demás para poder seguir adelante.
Es una película que presenta un personaje que busca su propio yo y su propio Dios. Un joven que investiga todas las religiones para quedarse con la esencia de cada una, y descubrir que todas se parecen más de lo que pensaba.
El joven vivirá una aventura única junto a los animales de un zoo, y descubrirá que tendrá que apoyarse en un tigre para poder sobrevivir. Ambos crearán un lazo de unión especial, que harán que su mundo cambie.
La historia es bella, y nos da una lección sobre el ser humano, y la importancia de la confianza en otro ser para poder seguir adelante. Unos personajes que dejan de lado sus prejuicios, ya que aunque sean enemigos, saben que se necesitan para poder seguir con vida.
Con respecto a los efectos especiales hay que decir que son sobresalientes. El trabajo es espectacular y se nos ofrece un mundo real que parece sacado de la imaginación.
Preciosa historia que no aburre aun cuando prácticamente todo el metraje transcurre en una barca quedada a la deriva con el protagonista y un tigre. Lo que se cuenta y lo que viven los dos supervivientes llena todos los diálogos que no existen.
En fin, preciosa historia que cuenta con unas imágenes preciosas y con un mensaje que ahonda en uno desde el principio. El poder de la amistad y la confianza son sentimientos que ayudan a que uno pueda seguir adelante.