Basado en una novela de la gran escritora Isabel Allende, "De amor y de sombra" narra la historia de una joven periodista chilena que no es consciente del grave problema político de su país, hasta que conoce a un fotógrafo involucrado socialmente, y le abre los ojos a una realidad cruel.
La película resulta entretenida y su historia engancha por momentos. La trama que narra tiene todos los alicientes para que esta película sea todo un éxito, pero creo que no está del todo bien llevada, y uno nota que toda la narración se queda a medio gas. Eso produce que uno como espectador no llegue a inmiscuirse tanto en la historia como uno quisiera.
Dos grandes actores dan vida a los protagonistas. Antonio Banderas es ese fotógrafo que no puede evitar sentir odio hacia ese régimen dictatorial que vive Chile, y que está produciendo que miles de personas desaparezcan; y luego algunos sean devueltos dentro de un ataúd. El resto, ni siquiera aparece. Su interpretación es buena, y se compenetra perfectamente con Jennifer Connelly. Ella es una actriz soberbia que en esta ocasión vuelve a demostrar el enorme talento que tiene dando vida a esa joven periodista de clase acomodada, que no es consciente del todo de esa situación dramática que vive su país.
Ellos son de lo mejor de esta película que cuenta con una estética muy buena gracias a buen trabajo de dirección artística y vestuario. La recreación de la época de la dictadura chilena está cuidada hasta el más mínimo detalle.
Es una pena que este film que tiene una trama tan buena, y haya algunos aspectos llevados con muy buen trabajo, no cuente con un guion que entusiasme. Un guion que te haga vibrar y te deje pegado a la pantalla ante lo que se expone. Todo resulta un poco flojo.
En fin, "De amor y de sombra" es una película que funciona por partes y que resulta entretenida. Uno se distrae y no aburre, pero al final uno se queda con la sensación de que podría haber visto algo mucho mejor de lo que realmente es.