Esta película habla de muchas cosas, pero sobre todo habla del amor y de la forma en que factores externos y prejuicios pueden afectar a nuestra vida privada.
La película comienza con mucha fuerza y la primera mitad es realmente brillante. Uno se emociona con todo lo que se narra y las experiencias que viven sus protagonistas para poder adaptarse lejos de su país de origen, y con las exigencias del mundo occidental. Pero a mitad de película toda la historia se encamina hacia una dirección que hacer perder el interés y la atención. No entiendo el motivo por el que una trama que empieza con tanta fuerza y tanta ternura, acaba tomando una dirección que resulta bastante mediocre y enfocando el tema hacia una posición que parece escapada de una película de sesión de tarde.
Así que con este film uno se encuentra en la tesitura de no saber si adorarlo o cabrearse. Sus casi tres horas de duración dan pie para sorprenderse con su primera mitad, y para decepcionarse con la segunda.
La historia narra la vida de un joven que sufre el síndrome de Asperger. Una extraña enfermedad que hacen que los que la padecen tengan una gran inteligencia, se comporten de forma extraña y que tengan una gran sensibilidad aunque no lo demuestren. Él se abrirá camino en un mundo cruel con las personas que son diferentes e intentará tener un futuro con la persona que ama y conseguir un buen trabajo.
La trama engancha y te emociona en muchos momentos. Cuenta con diversos giros dramáticos que hacen que uno siempre esté conectado con la historia, pero en uno de esos giros la trama se desvía. A partir de un punto uno empieza a perder el interés ya que todo lo que se narra se coge con alfileres y resulta en cierto modo bastante irreal y busca la lágrima fácil pero de una manera poco acertada.
Aun así la película funciona en general y consigue disfrutarse, haciendo que se pase un rato agradable y emotivo. La utilización de varios factores muy puntuales hacen que la historia conecte fácilmente con el espectador, y lo introduzca en los hechos de una manera precisa.
En fin, "Mi nombre es Khan" es una película que habla del amor, del choque cultural, de la enfermedad de Asperger y sobre todo de aceptarse a uno mismo para que los demás te acepten. Un film emotivo que cuenta con dos partes muy diferenciadas en lo que a intenciones y calidad se refieren; pero que en general funciona bien y convence.