He visto infinidad de veces esta película y sigo disfrutando desde el principio hasta el fin.
Me encanta ver como esos cuatro amigos disfrutarán de ese último fin de semana del verano viviendo una nueva aventura, que les marcará un antes y un después a todos ellos.
En apenas unos días, los niños se darán cuenta de que pronto dejarán ese mundo infantil y serán adultos. Serán conscientes de que el valor de la amistad es uno de los bienes más preciados con los que cuenta una persona. Y comprenderán que el viaje que realizan no es solo una excursión, es un viaje interior que les hace crecer y recapacitar sobre los valores y lo que realmente quieren en la vida.
El guión es un bombón. Es una historia que conecta con uno y le hace recordar situaciones que uno ha vivido cuando tenía esa edad. Es indiferente la época en la que transcurra la historia; los obsesiones y las prioridades de los niños son siempre las mismas. Lo interesante de este guión es que narra ese momento en el que uno es consciente de que va a dejar esa época y va a comenzar una nueva etapa; y todo tratado con un cariño adorable.
Junto a estos cuatro protagonistas se unen unos secundarios que forman un elenco de gran calidad, realizando unas intrepretaciones magníficas. Pero no se debe dejar de lado a otra protagonista de la película; que es la formidable banda sonora. Uno puede disfrutar de una gran variedad de canciones de los años 60 que sin lugar a dudas actualmente son grandes clásicos.
En fin, una gran película que siempre cuento con ella cuando estoy un poco de bajón; porque siempre hace que me devuelva la esperanza en la amistad y en que realmente los sueños se pueden cumplir si uno se lo propone.