Fantástica adaptación del gran clásico de Peter Pan, realizada por el director P.J. Hogan que nos recrea de una manera muy cercana el País de Nunca Jamás.
Reconozco ser un admirador de las aventuras de Peter Pan, el niño que no quería crecer, y debo decir que esta versión es de las mejores que he visto.
A ello ayuda que sus tres protagonistas realicen unos trabajos sobresaliente. Jason Isaacs hace doblete dando vida al padre de Wendy y al odiado Capitán Garfio. Es capaz de diferenciar claramente ambos personajes realizando un gran trabajo. Por otro lado Jeremy Sumpter y Rachel Hurd-Wood dan vida a Peter Pan y Wendy respectivamente. Ambos realizan un grandísimo trabajo, ofreciéndonos las mejores interpretaciones que ha dado el cine de estos personajes. Para mí, ambos forman una pareja única y nos ofrecen un trabajo complejo pero hecho con una gran sencillez. Sin lugar a dudas sus interpretaciones son maravillosas.
Por otro lado he de hablar de la maravillosa banda sonora. Una sucesión de melodías nos adentran en el mundo de la emoción, haciendo que sea sencillo soñar con ser niño otra vez.
En fin, película con una estética fantástica. Y aunque cuente con algún toque infantil, hay que reconocer que la historia llega muy adentro. Uno es capaz de valorar el poder de un beso y de creer nuevamente en las hadas. Uno siente pavor de decir "las hadas no existen" y siente deseos de volar solo pensando en cosas buenas. Una historia de amor que busca un beso escondido y que nos descubre un mundo lleno de niños perdidos que se obligan a no crecer porque la palabra adulto y compromiso requiere un gran sacrificio. Un sacrificio que segundo a segundo nos va llegando a todos marcado por ese reloj que un día se tragó un cocodrilo, pero que inevitablemente sigue marcando la hora por mucho que uno quiera retenerlo.