DreamWorks nos presenta una nueva película de animación en el que nos presenta como personaje protagonista a un caracol que vive a un ritmo superior al que le ha tocado por genética.
Él es un caracol que quiere correr en las carreras ya que sueña con tener una velocidad infinitamente superior a la que tiene. Sueña con ser una excepción en el mundo que le ha tocado vivir, y codearse con los pilotos de carreras. Un hecho fortuito hará que su genética sufra un tremendo cambio, y su mundo no vuelva a ser igual.
Nos encontramos ante un film con un guión original, donde se nos presentan unos personajes que luchan por superarse a ellos mismos, y hacer que sus sueños se hagan realidad, por muy imposibles que parezcan.
La historia es entretenida, pero cuenta con momentos que no funcionan del todo. Uno observa que existen escenas en cierto modo un poco infantiles, alejándose del planteamiento que en un principio se expone.
No obstante, he de decir que uno se entretiene y se divierte junto con este caracol que desafía al mundo y a la biología. Un caracol que nos hace pasar grandes momentos, a la par de otros que no funcionan del mismo modo.
Hay que reconocer que técnicamente la película está muy bien hecha. El trabajo de animación es sobresaliente, presentando unas escenas muy bien diseñadas y muy bien montadas. Escenas que están cuidadas hasta el más mínimo detalle en lo que corresponde tanto en color, como en diseño.
En fin, nos encontramos ante una película que entretiene y divierte, pero que también cuenta con momentos y escenas que no funcionan del todo bien. Una mezcla de film de animación de calidad con escenas un poco infantiles, que no llega a cuajar del todo.