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España España · Barcelona
Voto de Manu_el_Ruiz:
6
Thriller. Terror. Drama Juliet (Hilary Swank) es una joven médico de Nueva York que, tras separarse de su marido, se instala en un cómodo apartamento en el barrio de Brooklyn con la intención de iniciar una nueva etapa en su vida. Pero pronto descubre que es víctima de un obseso que la vigila y la asedia. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2011
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque se parezca a tanta otras, “The Resident” posee y aporta, en parte de su metraje, determinados elementos que la hacen por momentos tan perturbadora como sugestiva. Lástima que después de haber expuesto con bastante corrección todos los elementos con los que tejer la historia, cuando llega el momento del viraje hacia su desenlace, el tópico y la vulgaridad se adueñan de la pantalla y el director malogra lo que durante más de una hora ha conseguido entrelazar con notable pericia.

La historia comienza plácidamente, apuntando los datos básicos para que el espectador pueda ir introduciéndose en el desarrollo hacia el que derivará su argumento y que devendrá en esta especie de malsano thriller psicológico. Una vez expuesto el prólogo empieza el verdadero desarrollo donde predomina el erotismo y la sexualidad enfermiza (con todo ello, Sir Alfred Hitchcock hubiera disfrutado de lo lindo y seguro que nos hubiera perturbado mucho más con el resultado final). Aquí Antti Jokinen demuestra buenas intenciones, ayudado por el diseño de producción y los decorados, así como de una tan malévola como luminosa fotografía. Hilary Swank, nos muestra (dentro de un orden) su cuerpo bien fibrado y de carnes duras para hacer llegar más allá de la cámara toda la sensualidad y erotismo que la historia requiere, y Jeffrey Dean Morgan entre esa mezcla de amabilidad, timidez y retraimiento, ayudado por ese aparente estrabismo en la mirada, consigue construir y hacer creíble ese personaje tan enfermo como dañino.

Cuando ya todo está expuesto, de una forma más o menos elegante y sutil, no sin algún momento estridente y vulgar, llegado el momento de reconducir el argumento hacia su desenlace, se ponen de acuerdo la debilidad de un guion que degenera hacia el tópico y la necedad y el desmadre del director, que está más pendiente de conseguir escenas de efecto llamativo que ajustadas a la lógica de lo que ha ido planteando.

Es bastante normal que un mal final fastidie una interesante historia, bien expuesta y planteada (hasta lo consiguió, mi admirado, el gran Clint Eastwood con su “Deuda de sangre”), por lo que he de acabar sometiéndome a la resignación de espectador frustrado y lamentar que no haya alguien, entre tantos productores que hoy día tienen la mayoría de películas, con el suficiente sentido común para evitar que un notable principio, con un peculiar desarrollo, termine siendo un puro artificio, ramplón y grotesco.
Manu_el_Ruiz
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