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Voto de JuanCádiz:
6
Drama Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2008
94 de 167 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo un par de semanas con un ciclo propio en donde me pongo películas que sólo vi una vez en su día, así que prácticamente es como verlas de nueva por los muchos años transcurridos entre los dos pases.
Ayer tocó Philadelphia. Mientras la veía, me estaba temiendo que al menos un puntito le iba a bajar. Pero después de cavilar toda la noche (sí, mi vida gira en torno a filmaffinity) he decidido que su castigo será de dos puntos. Del notable al interesante. Porque la verdad, tampoco es para tanto.

Philadelphia es básicamente un telefilm de juicio como tantos otros que nos coloca el antena 3 a las cuatro de la tarde. Entonces; ¿Qué fue lo que la hizo grande? Para empezar el tema de Bruce Sprinting; cosa incomprensible. Que la canción fuese enorme no quiere decir que la película también lo sea. ¿Si fuese una de Falete sería peor película? no, sería la misma, pero nos dejamos llevar por el glamour que da la voz de Bruce durante cinco minutos de créditos iniciales. Sólo eso vale para hacer suprema a toda una obra de dos hora de duración. Repito: incomprensible.

Como apunte suelto, también noté que el tema de la homosexualidad está tratado con gracia. El personaje de Denzel representa la voz hetero que tiende la mano a la gay. Pero es una voz obsoleta. Él insiste en que alguien homosexual es repugnante pero vivimos en un mundo civilizado en donde todos tenemos cabida. A estas personas se les puede dar los buenos días mientras no te toquen. Y Jonathan Demme así lo quería transmitir en infinidad de tomas, como en la que el abogado compra en el Covirán, o en los repetidos discursos que hacía en el juzgado, en su casa y en el bareto. Y creo entender, que por aquel entonces creían que con Philadelphia les estaban echando un cable a la comunidad gay.


Monótono largometraje de juicios, en el que se tuvo más en cuenta la novedosa información sobre el SIDA, la plantilla de actores y la canción de Sprinting, que el propio ritmo de la obra en sí.
Está bien, no digo que no. Pero no para sobresalir como yo mismo creí en un principio.

Con respecto a Antonio, me sentí decepcionado. Es el actor que peor lo hace. Se ve tremendamente sobreactuado.
JuanCádiz
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