No me queda claro si Transformers II es para niños muy inteligentes, o para adultos muy tontos. Si es para niños, sobra todo el tecnicismo militar. Porque ya no es que los chiquillos no se enteren; es que me los vas ha dormir con tanto diálogo en plan pentágono.
Si es para adultos... ¿Qué le pasaba a la madre del chaval? A mi desde luego me cortó el punto cosa mala. Es un personaje tan ¿cómico? que resulta patético. Ahí no entendí muy bien a donde quería ir a parar Bay. Todo es salir la gachí y la película se convierte en la pantomima de una pantomima. Incluso cuando aparece, le acompaña en todo momento una musiquilla en plan Pajares y Esteso.
Igual me pasaba con los robots gemelos... lamentable iniciativa esa de ponerle unas gotas de humor ridículo a un producto que no lo necesita.

Luego tenemos unos efectos visuales que empalagan de lo bueno que son. Cuando dos robots, uno por bando, se lían a puñetazos, pierdes la referencia y no sabes qué es lo que estás viendo. La pantalla de tu salón se convierte en un cúmulo de divertidos colores en movimiento, que consigue que te pierdas y no seas capaz de distinguir donde están los brazos, donde las piernas, o donde las cabezas de los combatientes. Por el sonido sabes que hay piñas... pero que no las ves ni de lejos.



La franquicia Transformers no me entusiasma. Y me he tenido que tragar dos partes para darme cuenta.