La problemática Nolan no es la rivalidad entre su intención casi siempre autoral y su comercialidad. No hay tal asunto, porque no suele haber un conflicto ni lucha interna en Nolan a la hora de tomar tal o cual consideración en la realización y montaje de cada uno de sus filmes. Su cine es en ese aspecto, muy spielbergiano. Suerte que tienen algunos. Eso constituye una ventaja a la hora de trabajar y muchos quebraderos de cabeza que este tipo de autores se los ahorran. Todos los demás, todos sin excepción, están condenados a tomar en consideración cualquier solución narrativa o estética, cualquier giro argumental, en tomar en definitiva decisiones, aparcar el ego creativo o calzar lo tuyo sea como sea y donde tú quieres. Y esto, lo de Nolan, lo de Spielberg, es un don, esto era lo que traería de cabeza a gente como Kubrick, por ejemplo, esto mortifica a gente como Tarantino, e incluso Hitchcock lo tuvo que sufrir. Hablamos de autores que tienen carta blanca en sus productoras, que las ataduras vienen de ellos. Por ello, no tanto en Spielberg pues personalmente no me gusta tanto, pero en Nolan, hay que decir: Macho, que suerte tienes.

Hay y se nota -hay y se nota si se quiere, quiero decir- esta libertad en el guión y el montaje. Una seguridad en el pulso, que a veces puede ser correcto- como en el caso de Insomnia o Memento- y a veces padece arrítmico, taquicárdico.

El disfrute de estos filmes suelen venir en los siguientes visionados. No sólo porque con la historia aprendida podemos atar cabos, sino porque el Nolan narrador en imágenes también pide permiso para ser visto.

Así esta "the prestige" y "TDK", cobran muchísimos más matices en siguientes visionados. Por ello, el único problema que le veo yo, es que no hay mazazo en sus películas, no hay un golpe estético, que llega sin maraña de giros y tramas, no hay sensación "Drive" pues al encender las luces toca hacer deberes, o los más responsables han ido haciéndolos durante la película, perdiéndose las emociones que Nolan quiere trasmitir. Y esto, sin ser un problema, lo es.
Pues yo como cinéfilo quiero el golpe, quiero la emoción, quiero el misterio, como sensación, no como acertijo - problemón de las últimas películas de Shyamalan-. Luego sí: joder que guión más bien pensado, que buenas soluciones narrativas, que buena estética. Volveré a tener una segunda cita con el film, eso seguro. Pero el arrebato, se nos niega, por un Nolan demasiado calculador, y curiosamente, tan libre en su cine.

Lo malo, es eso: que los segundos y terceros visionados, buscan distintas capas, a veces incluso emocionándonos..incluso enamorándonos con el tiempo, por qué no?Sin embargo en revisiones de "Drive" uno lo único que busca es revivir el recuerdo de la primera vez que la vio...!Y qué bonito es ese tipo de amor!