Se habla de pedofilia y de perversión. Quizás haya algo de lo segundo en Lolita, pero no encuentro al pedófilo en Humbert. Se trata de una enfermedad caracterizada por la obsesión sexual de un adulto hacia menores de edad, y Humbert siempre tuvo una sola mujer en su vida, una mujercita de 12 años que aparenta 17 0 18 físicamente. En fin, hablo de Lolita, una niña con madre, sin padre, a la que de pronto se le materializa un padrastro de la nada. Por su parte, Humbert siempre tiene para ella una mirada de amor sensual y sexual, pero no por nada la sigue tratando como a una hija (estrategias aparte).

No leí la novela y desconozco la obra de Kubrick, pero yo veo en esta Lolita una metáfora subida de tono, adaptada por un argumento tramposo en donde padre e hija no lo son en realidad. Esas licencias dan lugar a un incesto que no es tal, sino más bien un enamoramiento fuerte y enfermizo de raíces paterno-filiales. El "padre" enamorado que no quiere desprenderse de su "hija".

La peli dista de ser perfecta. Lyne tiene una forma muy particular de narrar determinadas escenas. O bien utiliza la picaresca con resultados irregulares o bien cae en una suerte de exceso por el absurdo de ciertas reacciones (Humbert y el escritor en una escena como sacada de otra peli). Hay demasiados guiños repetitivos en torno al jugueteo sexual, y por ende un efecto chicle en la peli que decae en momentos puntuales por falta de intensidad.

No obstante, son los excelentes trabajos actorales y lo enrevesado pero poderoso de la trama lo que sostienen a esta Lolita bien noventosa. Con todos sus clichés tan de época que o suben al cielo o se hunden en el infierno.